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¿Cuál puede ser el riesgo para los menores después de meses de aislamiento?

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Tegucigalpa (Proceso Digital / Por Lilian Bonilla) – El cierre de escuelas y colegios por la pandemia del COVID-19 mantiene a los niños y jóvenes prácticamente en aislamiento social, situación que genera preocupación por la afectación que puede causar en la salud mental y física, además del indiscutible retraso en el aprendizaje académico que representa una pandemia gravísima para Honduras.

– Expertos prevén consecuencias en la salud física y mental de los menores

– Relaciones entre pares pérdidas, son irrecuperables

– Plataformas virtuales, no permiten acercamiento entre docentes y estudiantes

– Desde ya son necesarios los estudios para ver el grado de afectación en niños y jóvenes e intervenir antes de que sea demasiado tarde.

Este país es de los pocos que aún mantienen las escuelas cerradas, lo que prolonga el aislamiento de los niños y ya en la actualidad maestros, pediatras y psicólogos dan una voz de alerta por el potencial impacto que puede tener el aislamiento prolongado en la salud mental de los menores.

Hay pocos estudios al respecto, sin embargo, los especialistas a nivel mundial ya se encaminan a realizar investigaciones científicas que pueden evidenciar el grado de afectación y sobre todo cómo prevenir daños irreversibles.

Porque lo que sí es claro y comprobado coinciden los especialistas, es la conexión que existe entre tener buenas interacciones de pares y el bienestar social y emocional, sobre todo en la infancia.

La escuela base esencial para la socialización del niño

Relaciones entre pares pérdidas, son irrecuperables.

Las relaciones entre pares son especialmente importantes para el desarrollo de competencias sociales, la escuela es el segundo sistema de socialización del niño, donde es influenciado e influye en otros, opinó en conversación con Proceso Digital, Fanny Judith Díaz, máster en psicología clínica y docente con especialidad en pedagogía.

“Dicha influencia es importante en la formación de los patrones conductuales de la persona al inicio de la adultez. A partir de los aprendizajes vicarios en estas interacciones, el niño adquiere importantes habilidades, sociales, cognitivas y conductuales”, adicionó.

De acuerdo con la especialista es un poco prematuro para asegurar que la salud mental de los niños esté afectada, sin embargo, ya puede haber conductas que manifiestan el impacto de la situación en ellos, tales como trastornos del sueño, irritabilidad, regresiones (como orinar en la cama o llorar mucho) y rabietas.

Advierte que hay temas fundamentales que deben preocupar a todos en la sociedad y particularmente a autoridades y educadores porque el aislamiento debe generar preguntas y respuestas sobre el impacto que este tiene.

Primero hay una duda razonable de que realmente niños y jóvenes estén alcanzando las competencias curriculares esperadas, con las clases virtuales sobre todo en los que tienen menos posibilidades como el caso de la educación pública donde el acceso al internet y los dispositivos móviles es bastante limitado; luego porque no se estén detectando trastornos de aprendizaje en los primeros grados de escolaridad y cuando los niños se integren a la presencialidad se haya perdido un tiempo valioso para intervenir apropiadamente en cada caso.

Y otro punto a destacar es el estancamiento en el desarrollo de competencias sociales básicas a través de la relación con sus pares.

Las plataformas virtuales no permiten al maestro un acercamiento con el estudiante

Para el docente es vital la relación alumno maestro.

Por su parte la profesora Melissa Inostroza Amador, comentó a Proceso Digital que si bien es cierto la pandemia por COVID-19 ha venido a afectar a todos, la situación de los niños y jóvenes es más dramática particularmente para la etapa del preescolar y grados menores de la educación primaria.

“En estas edades básicamente el aprendizaje se adquiere a base de juego a base de relación con sus iguales, entonces al no tener ellos esta oportunidad de compartir y estar solo con adultos se está perdiendo un proceso de aprendizaje que no se puede recuperar”.

En esta etapa es donde los menores comienzan a adquirir aprendizajes como el saber compartir sus juguetes o merienda y poder comunicarse de manera verbal para poder entablar relaciones en su nivel de niños, continuó la maestra.

La situación es bastante preocupante porque en un tiempo se verán consecuencias de niños que, aparte de tener deficiencias en el aprendizaje de sus materias como tal, “veremos niños y jóvenes que no sabrán relacionarse y desenvolverse en un grupo, pues no tendrán esas fortalezas que adquieren en la cotidianidad de su vida escolar, cuando es presencial”, agregó.

Otro punto importante que señala la docente es la relación alumno maestro, ella explica que en muchas ocasiones como educadores les toca hacer el papel de psicólogos o consejeros, porque en el trato diario aprenden a conocer a sus alumnos y perciben cuando algo anda mal con el niño o el joven, y pueden motivar o aconsejar, y en clases virtuales esto es casi imposible, porque el trato es superficial y se limita a la clase sin oportunidad de compartir, remarcó.

Relató que a través de las plataformas los docentes han podido percibir la desmotivación de los niños y jóvenes, falta de interés en los contenidos y renuencia incluso a hablar y poner la cámara durante las clases.

Según la maestra esto es comprensible porque los hogares se han convertido en salones de clases y la mente ya está programada para ver la casa como un lugar para estar relajado y compartir en familia o para el tiempo de descanso es por ello que a la hora de clases hay muchos distractores.

Al niño le cuesta mucho hacer esa diferencia ellos necesitan su entorno escolar, añoran sus recreos para compartir con sus compañeros y amigos, con el aislamiento se están perdiendo muchos valores que se fomentan de manera natural en la escuela como la solidaridad, la amistad, la empatía y el compañerismo entre otros concluyó.

Niños y jóvenes sufren de estrés

La educación pública en Honduras no se adaptó a las clases virtuales a causa de la pandemia.

Según el experimentado pediatra Delmer Nazar, entrevistado por Proceso Digital dijo que ya es notorio que   el aislamiento está afectando a niños y adolescentes, sobre todo por la falta de comunicación verbal, y falta de socialización.

El ser humano por naturaleza es sociable y en las edades tempranas es cuando se aprende más a desenvolverse y el aislamiento está limitando esa comunicación llevando a problemas sobre todo en la salud mental, agregó el profesional.

Nazar, explica que curiosamente en los meses que van de pandemia se ha visto una baja en la consulta médica pediátrica por enfermedades físicas comunes en los niños, y esto se atribuye a que hay más conciencia en la higiene como el lavado de manos y porque los niños no están expuestos y más con el uso de la mascarilla se evitan otros problemas como las enfermedades respiratorias.

No obstante, si hay un incremento en problemas de fatiga visual y dolor de cabeza asociados al abuso de dispositivos móviles como celulares, Tablet y computadoras, afirmó.

“En relación al aspecto emocional, ahí sí creemos que ha aumentado, para el caso en el aspecto temperamental y el estrés en los niños, parece mentira, pero el hecho de no comunicarse y estar aislados, solo en el entorno de su familia les está afectando mentalmente”, admitió el pediatra.

Y asociado al estrés, en la consulta pediátrica también se han visto varios casos de problemas dermatológicos como alergias, prurito en todo el cuerpo o localizado, según la experiencia médica es por mucha liberación de histamina por la falta de canalización de energía ya que los menores, adolescentes y jóvenes están inactivos, ni siquiera pueden practicar un deporte.

El especialista lamentó que a mediano y largo plazo se verán algunas consecuencias estos niños y jóvenes que ahora están aislados sobre todo en su salud mental, para lo cual será oportuno hacer estudios, “pero solo la experiencia de los años de práctica nos dice que, sí habrá secuelas, y hay que poner atención desde ya”.

Sin embargo, el pediatra dejó claro que con el aislamiento lo primero que persigue es preservar la vida, y si es necesario se debe cumplir y seguir con todas las medidas de bioseguridad y el distanciamiento social, pero hay que buscar formas creativas para compensar el encierro de los niños.

Hasta los más tecnológicos se aburren de una vida virtual

Hay cansancio en niños y jóvenes, que extrañan sus amistades de forma presencial.

Si bien es cierto, niños y jóvenes son amantes de la tecnología y hasta se escuchan comentarios como que -estas nuevas generaciones traen un chip incorporado-, porque tienen una facilidad impresionante para el manejo de los dispositivos desde temprana edad, sin embargo, todo exceso es malo y cansa.

A 16 meses de la pandemia en el país, las clases en el país siguen de forma virtual donde hay conectividad, y ya hay cansancio en niños y jóvenes, que extrañan sus amistades de forma presencial y ya lo que les entusiasmaba tanto en la red les ha saturado.

En el 2020 un estudio realizado por las universidades de Huazhong (China) y de Carolina del Sur (EE UU), contó con la participación de 1.800 escolares preadolescentes de la provincia de Hubei, de las ciudades de Wuhan y Huangshi, determinó que solo con un mes de confinamiento ya se miraba la afectación en la salud mental de los menores.

Los resultados de este estudio fueron publicados en la revista JAMA Pediatrics, e indican que el 22,6% de los estudiantes mostraron tener síntomas depresivos, más de cinco puntos por encima que en otras investigaciones en las escuelas primarias de China.  Mientras en España, en la mayoría de los estudios el porcentaje de preadolescentes que muestra estos signos depresivos ronda el 12 %.

Ante esta situación que ya sobrepasa límites de un síntoma considerado simple como el aburrimiento los niños y jóvenes están pasando al estrés y hasta la depresión, los especialistas coinciden que los padres deben afianzar más la comunicación con sus hijos.

Por otra parte, recomiendan la creatividad para volver a juegos tradicionales en casa donde los niños puedan interactuar y dejar de lado los dispositivos móviles por algunas horas.

Por muy pequeños que sean los espacios en los hogares, los médicos recomiendan actividad física, y que participen en tareas del hogar haciéndolo a manera de juego o como competencias entre hermanos si los tiene.

Las relaciones de niños fortalecen las habilidades sociales.

También se sugieren manualidades como que hagan tarjetas para los amigos, primos, tíos o abuelos y pueden llevarlos a entregarlas sin necesidad de bajarse del vehículo.

Hay médicos que también recomiendan que los niños y jóvenes no pierdan el contacto físico al menos con uno o dos amigos cada 2 o tres meses reunirlos y hacer pruebas de COVID-19 antes de la visita y siguiendo las medidas de bioseguridad para no correr riesgos.

En términos generales en la medida de lo posible se recomienda fomentar los juegos de conducta prosocial y juegos cooperativos de creatividad donde el niño desarrolla habilidades sociales que le preparan para realizar actos en beneficio de otros, responder con simpatía, condolencia cooperación, ayuda, generosidad y entrega.

Lo anterior por el poder de la influencia de los pares que en las relaciones de niños fortalecen las habilidades sociales y en los adolescentes les ayuda a desarrollar un sentido de identidad y valores concluyen los expertos. LB

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