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¿Crecer para transformar o al revés?

Por Julio Raudales

Tegucigalpa.– Arrancó la campaña política con buen augurio: Las tres fuerzas mayoritarias en disputa han iniciado la contienda con la presentación de sus respectivos planes de gobierno, algo inédito en la historia electoral del país. ¡Enhorabuena!

Aunque ninguno nos regala una propuesta especialmente innovadora, (en realidad casi todos sabemos lo que el país necesita avanzar hacia el desarrollo), hay algunos elementos que vale la pena destacar en sus propósitos, si es que vamos a asumir que están hablando en serio. Yo voy a destacar dos.

En primer lugar, los tres coinciden en la necesidad de generar mas puestos de trabajo formal, esto es, fomentar la inversión empresarial con miras a ofrecer a los hondureños, mejores alternativas que la migración hacia los Estados Unidos o España. Esto es bueno pero, ¿Qué elementos se requieren para hacer de este deseo una realidad?

Los nacionalistas basan su oferta en la atracción de inversión extranjera mediante el fomento externo del país. Buena idea, lo mismo hicieron Chile, Perú y Panamá. Ello requiere de un cambio sistemático en la percepción que el mundo tiene de nuestro potencial, ya que lastimosamente todos los informes y rankings mundiales sobre libertad económica, clima de negocios, competitividad, seguridad jurídica, etc, nos colocan en zona de alto riesgo, por mas que Moodys y S&P nos vayan mejorando de a poquitos. Es evidente que el logro de una meta semejante, requiere de un esfuerzo de coherencia entre lo que dicen nuestras leyes y su cumplimiento, en otras palabras: estado de derecho efectivo.

La Alianza Opositora por su lado, propone un modelo alternativo. ¿Se trata de la “Tercera Vía” sugerida por Hernando de Soto? Ya habrá oportunidad de preguntarles. En síntesis su propuesta es revertir muchas de las decisiones que “erroneamente” se tomaron en los últimos años: Derogación de los programas de consesionamiento y Alianzas Público-Privadas, reversión de los ajustes tributarios, incremento en los subsidios y mejora en la protección social. Esto suena bien si se cuenta con la riqueza necesaria para lograr una adecuada distribución de los ingresos. La respuesta ofrecida en su Plan nos lleva hacia los ahorros que se generarán mediante una ejecución mas transparente de los fondos públicos.

El Partido Liberal establecerá, de ser gobierno, una serie de medidas proclives a la generación de empleo: Por el lado público, ofrece una mejora en la infraestructura; para estimular la iniciativa privada, buscará el desarrollo de parques agroindustriales y la profundización de los servicios logísticos. Pareciera que los liberales aceptan de forma tácita, que hay cosas positivas que deben mejorar o que constituyen una buena plataforma para el despegue, aunque insisten en revertir ciertos elementos como el famoso impuesto del 1.5% al activo neto.

La pregunta obligada es la misma para los 3: ¿Será suficiente con lo que se tiene para financiar tanta belleza? Habría que analizarlo con mesura, pero la intuición me dice que no será facil.

El otro elemento que quiero destacar a propósito de planes y campaña, es el hecho de que ninguno de ellos ha definido en sus propuestas, elementos de largo plazo. Nadie, ni siquiera el partido oficial, basa su propuesta en el aun vigente Plan de Nación, o en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que el país estableció en 2015, junto a otros 190, en las Naciones Unidas. Parece que los equipos técnicos olvidaron o no consideraron prioritarios los compromisos nacionales e internacionales en pro del desarrollo.

A propósito, el Plan de Nación aprobado en 2010 y con una visión de larga data, presenta un marco que permite la transformación en la estructura del país, basada en el potencial de los territorios y su interacción con la estructura social perteneciente a los mismos. Un modelo de este tipo sí que era innovador y sigue estando vigente. Pero al parecer no se comprendió o no se quiso poner en marcha.

El crecimiento económico es clave y hay que buscarlo. Pero debemos entender que la estructura y lógica actual de la economía hondureña no le permiten un salto cualitativo, ni un mayor aprovechamiento de los recursos físicos, naturales y humanos. Es por ello que más que buscar proyectos que permitan un mayor crecimiento, lo que necesitamos es transformar la estructura para aprovechar mejor nuestro potencial. ¡Todavía es tiempo! 

 

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