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Conversaciones con un padre – Bicentenario pandémico: ¿Podría la integración ser una respuesta al Covid-19?

Jp Carías Chaverri

La integración centroamericana contribuyó a reducir en el pasado los impactos negativos de situaciones económicas endebles, como la que en la actualidad se vive con la pandemia del Covid-19.

Su parcial resurgimiento en los años 60 del siglo pasado ayudó a la región a modernizarse y salir de decenas de crecimiento lento. Hay que acotar que los principales beneficiarios de esta integración fueron los empresarios locales y las multinacionales (Torres Rivas, E., 2007, p.94), aunque es evidente que se registraron beneficios para la población en dimensiones diferentes. Muchos años después el impulso regional fue importante también ante la crisis del 2008 (Martínez Piva J.M. Editor, 2019, p. 112).

No es perceptible en las agendas informativas cotidianas un esfuerzo sistemático y serio hacia una integración más profunda, que hasta el momento tiene ciertas luces en el campo económico, pero sombras en el político y sobre todo en lo social. ¿Puede entonces la pandemia abrir los ojos de la región y encontrar en la unión centroamericana salidas a la crisis?

En este espacio imaginario en el que el escritor e historiador, Marcos Carías Zapata (QDDG) es el invitado especial nos figuramos que le hacemos esta pregunta… e imaginamos que nos responde: Las naciones y las federaciones se construyen en lo físico, pero también en lo conceptual. Y si lo conceptual no marcha lo demás tampoco lo hará. Sin un entendimiento histórico del proceso, y un acuerdo entre las partes, es bastante difícil emprender proyectos holísticos en el que los ganadores sean todos y no solo un determinado sector. En Centroamérica, inclusive la visión en el imaginario colectivo del denominado padre de la federación es errónea:

“El título de héroe, por antonomasia, recae en Francisco Morazán. La muy citada frase de Álvaro Contreras: “Suprimid el genio de Morazán y habréis aniquilado el alma de la historia de Centroamérica” se inscribe en la tendencia impulsada en el siglo XIX por el inglés Thomas Carlyle según la cual los héroes, las individualidades sobresalientes, son los privilegiados que hacen avanzar la Historia. Pocos historiadores actuales comparten esta teoría. La Historia registra y seguirá registrando nombres de individuos que influyen poderosamente con sus decisiones y que incluso sorprenden al conglomerado social con su genialidad (…). Pero toda acción individual se produce y explica en función de una red de relaciones y circunstancias objetivas sobre las cuales ninguna persona, por brillante que sea, tiene pleno dominio o pleno poder (…). Políticos, más que historiadores, han venido manteniendo hasta nuestros días el Culto de la Personalidad, justificador de dictaduras de derecha y de izquierda, que no son más que maneras irracionales y ventajistas para manipular a las masas. Con el Morazán Héroe Epónimo, sin cuya presencia la historia centroamericana carecería de sentido, se pretende simbolizar un ideal de política perfección un dechado absoluto de virtudes y con ello se ha logrado sentarlo en un sitial impoluto, pero expulsarlo del campo real de la Historia donde tales superhombres son inexistentes. O sea, con fines patrióticos se ha construido un mito (…).” (Carías Zapata M., 2005, p. 172-173)

El mito de Morazán se convierte en el primer enemigo de la federación por la que el Morazán histórico luchó. Quizás vengan más paliativos, pero sin una propuesta de integración integral e incluyente, los fracasos se continuarán repitiendo, con nuevos matices y distintos actores.

· Torres Rivas E. (2007): La Piel de Centroamérica, Una Visión Epidérmica de 75 Años de su Historia. San José, Costa Rica, FLACSO.

· Martínez Piva J.M. Editor, (2019), Logros y Desafíos de la Integración Centroamericana, Aportes de la Cepal. México, Naciones Unidas.

· Carías Zapata M., (2005): De la Patria del Criollo a la Patria Compartida, Una Historia de Honduras. Honduras, Ediciones Subirana.

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