Bogotá – La comunidad internacional y varias ONG celebraron hoy el anuncio del Gobierno colombiano sobre el inicio de un diálogo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) e hicieron votos para que la reconciliación entre las partes sea perdurable.
De este modo, la organización Colombianas y Colombianos por la Paz (CCP), que lidera la exsenadora liberal opositora Piedad Córdoba, pidió el respaldo de EE.UU., la Unión Europea y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en las «conversaciones exploratorias».
El organismo valoró «positivamente los gestos de las partes en su disponibilidad para buscar una salida política negociada al conflicto armado» y pidió hallar mecanismos que garanticen el derecho internacional humanitario tanto a combatientes como a la población civil.
En ese sentido, la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Victoria Nuland, dio «la bienvenida a los esfuerzos para acabar con el conflicto de más duración en el hemisferio y traer una paz duradera a Colombia», y subrayó que su nación «siempre ha sido una firme aliada del Gobierno colombiano y de su pueblo durante su sufrimiento».
Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, destacó «la prudencia evidenciada por el mandatario colombiano» y ofreció la colaboración del organismo y la suya propia, «en toda instancia que signifique avanzar en la pacificación que tanto anhelamos la sociedad colombiana y los países de la región».
También, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, dijo esperar «que este acontecimiento muy positivo pueda marcar el principio del fin de cinco décadas de conflicto interno» y agregó que «la Unión Europea siempre ha estado convencida de que sólo una solución negociada puede proporcionar la base para la reconciliación».
A los buenos deseos se unió el secretario general de la Comunidad Andina (CAN), Adalid Contreras, quien sostuvo que «este es un proceso del resorte exclusivamente interno del Gobierno colombiano que la comunidad internacional debe observar con respeto y discreción al tiempo de ofrecer todo el apoyo que eventualmente sea requerido».
Igualmente, indicó que «el bienestar de Colombia y de cada uno de los Países Miembros de la Comunidad Andina se traduce en mayores oportunidades de progreso y desarrollo para el logro de los objetivos del proceso andino de integración».
Finalmente, el Gobierno de Costa Rica a través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores manifestó que ve con «satisfacción» los esfuerzos y destacó «la trascendencia histórica de esta prudente decisión, impulsada por el Gobierno colombiano que, sumada a la disposición de los grupos armados de participar en los contactos, facilitará (…) las futuras negociaciones políticas».
Aseguró que este proceso «contará con el absoluto respaldo del Gobierno y del pueblo costarricense», a la vez que reconoció el rol fundamental que han tenido Cuba, Noruega y Venezuela para «facilitar y dar puntual seguimiento a los contactos y al diálogo».
Desde 1982, el Estado colombiano y los insurgentes han buscado en tres ocasiones una salida política a la confrontación, la última de ellas en un largo proceso en un caserío selvático de San Vicente del Caguán, eje de una zona de distensión de 43.000 kilómetros cuadrados que las FARC dominaron por más de tres años.
Santos confirmó ayer los contactos pero no entró en los detalles que medios locales divulgaron durante la jornada, como que la presentación pública de los diálogos se dará en la ciudad de Oslo el próximo 5 de octubre y después las sesiones tendrán lugar en La Habana.
El organismo valoró «positivamente los gestos de las partes en su disponibilidad para buscar una salida política negociada al conflicto armado» y pidió hallar mecanismos que garanticen el derecho internacional humanitario tanto a combatientes como a la población civil.
En ese sentido, la portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Victoria Nuland, dio «la bienvenida a los esfuerzos para acabar con el conflicto de más duración en el hemisferio y traer una paz duradera a Colombia», y subrayó que su nación «siempre ha sido una firme aliada del Gobierno colombiano y de su pueblo durante su sufrimiento».
Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, destacó «la prudencia evidenciada por el mandatario colombiano» y ofreció la colaboración del organismo y la suya propia, «en toda instancia que signifique avanzar en la pacificación que tanto anhelamos la sociedad colombiana y los países de la región».
También, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, dijo esperar «que este acontecimiento muy positivo pueda marcar el principio del fin de cinco décadas de conflicto interno» y agregó que «la Unión Europea siempre ha estado convencida de que sólo una solución negociada puede proporcionar la base para la reconciliación».
A los buenos deseos se unió el secretario general de la Comunidad Andina (CAN), Adalid Contreras, quien sostuvo que «este es un proceso del resorte exclusivamente interno del Gobierno colombiano que la comunidad internacional debe observar con respeto y discreción al tiempo de ofrecer todo el apoyo que eventualmente sea requerido».
Igualmente, indicó que «el bienestar de Colombia y de cada uno de los Países Miembros de la Comunidad Andina se traduce en mayores oportunidades de progreso y desarrollo para el logro de los objetivos del proceso andino de integración».
Finalmente, el Gobierno de Costa Rica a través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores manifestó que ve con «satisfacción» los esfuerzos y destacó «la trascendencia histórica de esta prudente decisión, impulsada por el Gobierno colombiano que, sumada a la disposición de los grupos armados de participar en los contactos, facilitará (…) las futuras negociaciones políticas».
Aseguró que este proceso «contará con el absoluto respaldo del Gobierno y del pueblo costarricense», a la vez que reconoció el rol fundamental que han tenido Cuba, Noruega y Venezuela para «facilitar y dar puntual seguimiento a los contactos y al diálogo».
Desde 1982, el Estado colombiano y los insurgentes han buscado en tres ocasiones una salida política a la confrontación, la última de ellas en un largo proceso en un caserío selvático de San Vicente del Caguán, eje de una zona de distensión de 43.000 kilómetros cuadrados que las FARC dominaron por más de tres años.
Santos confirmó ayer los contactos pero no entró en los detalles que medios locales divulgaron durante la jornada, como que la presentación pública de los diálogos se dará en la ciudad de Oslo el próximo 5 de octubre y después las sesiones tendrán lugar en La Habana.
