«El objetivo del encuentro es que los presidentes propongan y analicen otras alternativas para combatir el narcotráfico y que el diálogo se desarrolle en torno a estas», dijo hoy el portavoz de la Presidencia guatemalteca, Francisco Cuevas.
A la cita de un solo día, que se celebrará en un hotel de Antigua, 45 kilómetros al oeste de la capital guatemalteca, asistirán los presidentes Daniel Ortega (Nicaragua), Laura Chinchilla (Costa Rica), Ricardo Martinelli (Panamá), Mauricio Funes (El Salvador) y Porfirio Lobo (Honduras), además del anfitrión y promotor del encuentro, Otto Pérez Molina, de Guatemala.
El presidente Leonel Fernández, de República Dominicana, y el primer ministro de Belice, Dean Barrow, aún no confirman sus asistencias, mientras que Felipe Calderón, de México, y Juan Manuel Santos, de Colombia, que también fueron invitados al encuentro, se excusaron por problemas de agenda.
Aunque el objetivo inicial de la reunión era alcanzar el consenso de la región sobre la propuesta de Pérez Molina de impulsar un diálogo internacional sobre la despenalización del narcotráfico, la oposición a esa idea de Panamá, Nicaragua, El Salvador y Honduras, ha hecho que ese objetivo sea modificado.
El canciller guatemalteco, Harold Caballeros, dijo el jueves a los periodistas que la propuesta de Pérez Molina ya no será el tema central de la cumbre de mandatarios, y que la misma se enfocará en discutir y analizar «otras» formas y estrategias que de forma regional se pueden asumir para combatir a los grupos internacionales del narcotráfico.
Caballeros reconoció que «existen deferentes puntos de vista» entre los Gobiernos centroamericanos respecto a la propuesta guatemalteca de iniciar un diálogo internacional sobre la despenalización de las drogas, por lo que descartó que durante la cumbre se llegue a un acuerdo de consenso respecto a esa iniciativa.
Estados Unidos también ha manifestado su rechazo a la iniciativa de Pérez Molina, y aunque ha calificado de «positiva» la discusión de la misma, ha defendido el combate frontal a los carteles de narcotraficantes por medio de la vía militar y policial, como la estrategia más adecuada.
Los cancilleres centroamericanos coincidieron el lunes pasado en la conveniencia de buscar el apoyo de la Cumbre de las Américas a la Estrategia de Seguridad de Centroamérica presentada al mundo en junio pasado, y anunciaron que presentarán esa propuesta a los presidentes en la reunión de mañana sábado.
La Estrategia de Seguridad de Centroamérica fue adoptada por una cumbre presidencial del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) en Guatemala en 2007, y al ser presentada a la comunidad internacional en junio pasado logró compromisos de financiación por 2,000 millones de dólares por parte de organismos internacionales y países amigos.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha dicho que mañana los gobernantes centroamericanos discutirán cómo plantearle a los países cooperantes que aporten los 320 millones de dólares imprescindibles «para poder arrancar» la Estrategia regional se seguridad.
Insistió en que en la Cumbre de las Américas será «el momento para que Centroamérica presente una posición sólida para que se cumplan los compromisos adquiridos».
Según la agenda oficial de la cumbre de mañana, los mandatarios repasarán la estrategia regional de seguridad aprobada en 2011 en Guatemala, y escucharán las exposiciones de los expertos de la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas y del Centro Carter respecto a la viabilidad de la despenalización de las drogas.
Para luego «en un diálogo franco y abierto», según el portavoz de la Presidencia, exponer las estrategias que cada quien considere más adecuadas para desterrar el flagelo del narcotráfico.
Pérez Molina dijo el miércoles que está seguro de que «habrá consensos» al respecto, aunque reconoció que los mismos no necesariamente se generarán en torno a su propuesta de despenalización.
