Tegucigalpa – Después de más de una semana de asueto para los burócratas y media semana para el sector privado, Tegucigalpa y Comayagüela que en conjunto conforman la capital hondureña, volvieron al caos.
Tráfico pesado, centros asistenciales y hospitales llenos, bullicio, contaminación visual, basura en la calle, peleas de conductores, accidentes y gente molesta por no poder llegar a tiempo a sus lugares de trabajo y estudio, así amaneció este lunes la capital hondureña.
La capital que por unos días tuvo una inhóspita calma después de la salida de la ciudad de miles de personas que salieron a hacer turismo, volvió al cotidiano caos este lunes.
El denso tráfico no se hizo esperar e incluso antes que amaneciera ya había filas de vehículos en la mayoría de calles del país.
De igual manera, las enormes filas fueron evidentes en las afueras de los centros asistenciales y hospitales del país.
En el caso del Hospital Escuela y el Hospital Mario Mendoza así como en el centro de salud Alonso Suazo las filas fueron tan largas que dieron la vuelta a la cuadra.
Pero así como el tráfico y las filas dieron la bienvenida a la realidad de la capital, también lo hizo cúmulos enormes de basura.
Aunque el servicio de recolección de basura se prestó durante el largo asueto, este lunes muchos aprovecharon para sacar la basura de toda una semana.
Envuelta en el bullicio y la contaminación visual, la capital hondureña solo mira la paz y tranquilidad como un sueño utópico.
Lejos está la capital del país de convertirse en una metrópolis moderna donde se cuente con transporte y seguridad, mucho menos con un sistema de salud capaz de atender la demanda de la población.
Hoy la capital hondureña vuelve a mostrar su lado más triste, el caos cotidiano del cual al parecer ya no puede salir puesto que las soluciones son solo paliativas y no concretas a la nueva realidad de la ciudad. PD