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Canciller salvadoreño le afirma a diario El País que “isla Conejo es nuestra y está en zona de paz”

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Madrid / Tegucigalpa – El canciller salvadoreño, Jaime Miranda, le reiteró a diario El País de España, que “isla Conejo es nuestra y está en zona de paz” al tiempo que aseveró que poseen documentos históricos y jurídicos que prueban la pertenencia del islote situado en una zona estratégico del Golfo de Fonseca.
 

*Sin embargo, Honduras sostiene una tesis contundente en cuanto a la pertenencia del pequeño islote situado en una posición estratégica en el Golfo de Fonseca.

En el Golfo de Fonseca, que comparten tres naciones centroamericanas: El Salvador, Honduras y Nicaragua, está ubicado un islote que se llama isla Conejo, de apenas medio kilómetro cuadrado de extensión.

“Este problema tiene más de 30 años”, asevera el ministro salvadoreño de Relaciones Exteriores, Jaime Miranda, en declaraciones a diario El País, al que explica cuál es la posición de El Salvador frente al conflicto limítrofe, que en décadas pasadas, exactamente en 1969, llevó a los dos vecinos a enfrentarse en la llamada “Guerra del Fútbol” o Guerra de las 100 horas, con un millar de muertos, centenares de desplazados y las relaciones honduro-salvadoreñas fracturadas.

Pregunta. ¿Qué documentos tiene El Salvador que prueben que isla Conejo es parte de su territorio?

R. Debemos decir que es una isla salvadoreña; tenemos documentos históricos y jurídicos que demuestran que la isla es nuestra. Estos documentos son confidenciales y se usan en momentos adecuados donde se puede dirimir sobre ello. Pero los documentos datan de la época colonial, de la época de la independencia de 1821 y en general, de todos los períodos y las épocas de nuestra historia en los que se demuestra y se afirma que isla Conejo es de El Salvador. Eso nos hace asegurarnos contundentemente que la isla es salvadoreña.

P. ¿Qué estrategia debe seguirse para superar este conflicto?

R. Debe ser una estrategia que está definida por los presidentes de los tres países. Hubo una primera resolución que definía que todo lo que esté relacionado con el Golfo de Fonseca, se debería dirimir planteando como tema principal el desarrollo y la prosperidad, tanto humana, como económica y social de toda el área, es decir, los tres países: El Salvador, Honduras y Nicaragua. Esto fue ratificado en 2012, con los actuales tres mandatarios: Daniel Ortega, de Nicaragua; Porfirio Lobo, de Honduras, y Mauricio Funes, de El Salvador; ellos ratificaron las formas de resolver los problemas alrededor de las islas.

P. ¿Qué es lo que se ha hecho hasta el momento?

R. Se establecieron una serie de comisiones para trabajar en el tema del desarrollo de la zona del golfo. Ese es el camino concreto que se ha planteado. Hay comisiones dedicadas a la parte medioambiental, a la parte económica, desarrollo local, desarrollo pesquero y el turismo. Todas esas comisiones han establecido planes de trabajo, unas más que otras, pero ese es el camino: plantear el desarrollo del golfo. En esa parte también hay una comisión que estudia la parte de los límites marítimos y sobre esa base, nosotros planteamos y hemos trabajado para que se trabaje desde esa perspectiva: el desarrollo de la zona.

P. ¿Hay ya alguna inversión o proyecto?

Hemos tenido reuniones casi constantes entre los tres países. Y dentro de esas reuniones hemos discutido por ejemplo, el proyecto de la Unión Europea, de casi 30 millones de dólares.

La realidad es que la forma en que se debe dirimir cualquier conflicto es en una discusión entre los tres países.

P. ¿Por qué isla Conejo no se dirimió en La Haya en 1992?

R. La isla Conejo no se dirimió porque es una isla nuestra. Nunca estuvo en cuestionamiento ni en disputa. Se dirimieron las islas Meanguera, Meanguerita y El Tigre, sobre las cuales se tomó una definición: las dos primeras pasaron a El Salvador y la tercera a Honduras. Sobre la parte de delimitación de las aguas, lo que planteó la Corte de Justicia de La Haya es que nos tenemos que poner de acuerdo y para ello tenemos que estar de acuerdo los tres países.

P. El presidente salvadoreño Mauricio Funes envió una carta al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. ¿Qué resultado ha tenido?

R. La carta es un documento oficial que entró al 68vo período de sesiones de Naciones Unidas. Es una carta que llega a todas las naciones, se traduce en todos los idiomas. Y es una carta que entrará en varias temáticas acerca de Centroamérica, sobre la solución de los conflictos limítrofes y sobre la paz en el mundo. Es ya un documento oficial. Pero la realidad es que Naciones Unidas no dirime este tipo de situaciones. El Consejo de Seguridad no tiene entre sus temas dirimir estos aspectos. Entonces, lo que hacemos en enfatizar en nuestra posición de acudir al diálogo diplomático y de diálogo político. Nuestra experiencia histórica reciente la asumimos como parte de nuestro quehacer político. Somos ejemplo de cómo solucionamos un conflicto interno o guerra civil.

En segundo lugar, no hay ningún desequilibrio militar, verificado en el Consejo militar y democrático de Centroamérica. Por lo que decimos claramente que la Isla Conejo pertenece a El Salvador, y hacemos un llamado a la hermandad con Honduras: somos hermanos, tenemos historias comunes; tenemos agendas y relaciones comunes y estrechas, pero más que todo también tenemos un futuro común, por lo que hacemos un llamado para construirlo en conjunto. Esto tiene más valor que cualquier otra cosa.

Posición hondureña contundente

Sin embargo, la posición hondureña, es que el gobierno de El Salvador históricamente ha alargado la cita para definir el tema de delimitación del Golfo de Fonseca en el océano Pacífico y posiblemente el problema con la isla Conejo, se esté usando como obstáculo para evitar asuntos de mayor trascendencia.

Tanto el asesor de la cancillería Hondureña Carlos López Contreras y expertos también asesores Mario Fortín y Julio Rendón, han afirmado que la isla Conejo, ubicada en la zona del Golfo de Fonseca, por antigüedad y por derecho legal, según el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya en 1992, es parte del territorio hondureño.

López Contreras consideró el reclamo de El Salvador como de papel, sin trascendencia y una excusa para no hablar de la delimitación del océano Pacífico.

Asimismo, el jefe de la Fuerza Naval de Honduras, contraalmirante Rigoberto Espinoza; el director por ley del Colegio de Defensa, Céleo González y el especialista en demarcación fronteriza, Juan Alberto Licona, coinciden en que el reclamo de El Salvador sobre la isla Conejo, es un tema comercial, pero irrelevante, ya que desde el punto de vista jurídico forma parte del territorio de Honduras.

“Es tema de poca relevancia desde el punto de vista de la soberanía, jurídicamente es un tema resuelto desde el punto de vista jurídico internacional, una autoridad de gobierno, de Estado puede hacer políticamente cualquier reclamo, pude reclamar la isla de Taiwán o la de Manhattan, pero una declaración de ese tipo es totalmente intrascendente”, según López Contreras.

Los expertos lamentan que Honduras sea de los pocos países que tienen que resolver dos veces un problema en instancias internacionales y en lo que tiene que ver con sus límites fronterizos como lo fue en este caso.

Por lo tanto, la isla Conejo, es un tema resuelto por la Corte Internacional de Justicia en virtud de que es una prolongación del territorio continental de Honduras en la desembocadura del río Goascorán, sector que fue objeto de disputa en la controversia terrestre insular y marítima de 1988 hasta dictarse sentencia el 11 de septiembre de 1992.

La segunda victoria en cuanto a sentencias, se logró nuevamente por la vía de un recurso de revisión demandada por el gobierno de El Salvador introducida a 10 años de haberse cumplido la sentencia, el 10 de septiembre de 2002, concretamente con relación al sector de la desembocadura del río Goascorán frente al cual está localizada la isla hondureña.

Por lo tanto, “este tema está resuelto dos veces, a Honduras como que le toca ganar los juicios dos veces en instancias internacionales. En 1906 ganamos un laudo arbitrado ante el rey de España aún controversia con Nicaragua y luego el 18 de noviembre en 1960 necesitábamos una confirmación de la Corte de Justicia con relación a la validez y obligatoriedad de dicho laudo y lo mismo ocurre con la isla Conejo”, expuso López Contreras.

El asunto de exigir pertenencia por parte de los salvadoreños no tiene más que una explicación: Las autoridades salvadoreñas no han querido entrar en el fondo del tema pendiente que es la delimitación del océano Pacífico que es una parte fundamental de la sentencia de 1992, argumentó el también ex canciller.

“Esto quiere decir introducir obstáculos para llegar a la delimitación en el Pacífico, un tema que para nosotros debe ser el tema central, mientras eso no se resuelva y Honduras no tenga reconocido por El Salvador, Nicaragua y la comunidad internacional un mar territorial que se proyecta a partir de la bocana hacia el océano Pacífico, continuarán los pretextos de decir de que la sentencia no es aplicable, no es ejecutable por parte de El Salvador”, recalcó.

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