Tegucigalpa– La noticia de que el excomisionado Jorge Barralaga había sufrido un atentado en la cárcel donde guarda prisión tras ser acusado de liderar una red de lavado de activos, se extendió como pólvora lo que obligó a las autoridades penitenciarias a desmentir el suceso.
Barralaga apresado junto a su esposa el domingo durante la Operación Perseo, conducido por el Ministerio Público, es un subcomisionado de policía en condición de retiro que en su momento ostentó importes posiciones dentro de la institución.
La noticia de su atentado inundó redes y espacios informativos locales sin que la fuente sobre el hecho fuera dada a conocer. Únicamente se informó que Barralaga había sido trasladado de la cárcel de Támara a la de San Pedro Sula donde fue víctima de un ataque en su contra.
Frente a ello las autoridades penitenciarias emitieron un comunicado donde dicen haber constatado que el “exoficial de policía se encuentra bien de salud y no ha sufrido ningún atentado criminal”.
Desde que se difundió la noticia hasta el momento Jorge Barralaga, está ubicado en el Centro Penitenciario en Támara y no ha sido mostrado a medios de comunicación desde el lunes en horas de la tarde cuando acudió a los tribunales a la audiencia de imputado, donde se le dictó detención judicial.
El sistema carcelario hondureño, endeble en su naturaleza, ha registrado rutinariamente reyertas, atentados, entre una serie de acciones que han costado la vida a internos en los mismos.
La administración del presidente Juan Orlando Hernández ha iniciado un proceso de asentamiento en las cárceles que contempla el traslado de las principales cabecillas del crimen a presidios de máxima seguridad entre otras acciones.
