Bakú/Tiflis – Los representantes de Azerbaiyán y de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj se reunieron hoy por primera vez después de tres décadas de conflicto para negociar la integración del enclave armenio en territorio azerbaiyano y las garantías de seguridad para los karabajíes.
«En la reunión, que tuvo lugar en un ambiente constructivo y positivo, se discutieron la reintegración de la población armenia de Karabaj, la restauración de la infraestructura y de la vida en el marco de la Constitución y las leyes de Azerbaiyán», informó la Administración Presidencial azerí.
Bakú recalcó la importancia del desarme de las unidades armadas del territorio separatista y, sobre todo, de la desintegración de la autoproclamada república.
Por su parte, los karabajíes destacaron la necesidad de continuar debatiendo la solución del conflicto «en una atmósfera pacífica» y expresaron su disposición a celebrar más reuniones en un futuro próximo.
La reunión, que duró dos horas, fue pactada la víspera a raíz del alto el fuego alcanzado entre las dos partes 24 horas después de que Azerbaiyán anunció el comienzo de una operación antiterrorista que arrasó con el grueso de las fuerzas del enclave y les obligó a capitular.
Garantías para los armenios karabajíes
Una de las principales preocupaciones que deberá ser zanjada en futuras conversaciones es la garantía de seguridad para los 120.000 armenios que viven en Nagorno Karabaj, en medio de temores a posibles «limpiezas étnicas» por parte de Azerbaiyán.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinián, anunció que Armenia se prepara para recibir a 40.000 familias de esta región, pero insistió en que «los armenios de Nagorno Karabaj deben tener derecho a vivir de forma digna y segura en su patria y sus casas».
De momento, Azerbaiyán, que había bloqueado durante diez meses el enclave, aceptó enviar a la zona combustible, comida y medicinas para paliar la grave situación humanitaria que vive el Karabaj.
Un aniversario triste
La reunión coincidió con el 32 aniversario de la declaración de independencia de Armenia, que celebra esta fecha con dolor y entre protestas.
Pashinián se dirigió a la nación con un mensaje en el que evitó mencionar directamente al Karabaj, pero destacó que para lograr una sociedad democrática «es necesaria la paz».
«Muchos creen que en este tenso ambiente regional, con recurrentes conflictos armados, hablar de paz no es suficiente. Pero precisamente en estas condiciones se debe valorar la paz, y no se debe confundirla con una tregua o un alto el fuego», señaló.
Sin embargo, la oposición armenia, que acusa a Pashinián de negarse a proteger a los armenios del Karabaj, no comparte esta visión y anunció protestas indefinidas con el fin de derrocarle.
El líder del bloque «Madre Armenia», Andranik Tevanián», convocó protestas en Ereván, mientras un grupo de opositores anunció una huelga de hambre para forzar la dimisión del primer ministro.
Hacia un acuerdo de paz
Pero más allá del descontento, la reintegración del Karabaj a Azerbaiyán podría ser el primer paso efectivo para la firma del ansiado tratado de paz entre ambas naciones, que ya se han intercambiado varios borradores de su texto.
El mandatario azerbaiyano, Ilham Alíev, aseguró hoy al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que la reunión de este jueves «ejercerá una influencia positiva en el avance en negociaciones del acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán».
Además, el presidente Alíev acordó con su homólogo ruso, Vladímir Putin, «intensificar el trabajo» junto a Armenia para preparar el acuerdo de paz, desbloquear las rutas de transporte entre Azerbaiyán y Armenia, y delimitar la frontera entre ambos países.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, sostuvo que tras la reintegración del Karabaj a Azerbaiyán «estarán sentadas todas las bases y se podrá entrar en la recta final» para la firma del tratado. EFE
