Ataque de los corruptos

Por: Luis Cosenza Jiménez

La publicación InSight Crime, en su edición del 2 de junio, dice lo siguiente, “Algunos legisladores en Honduras están apoyando un ataque legal dirigido a minar el organismo anticorrupción del país”.

Y continúa, “El 29 de mayo, el Congreso de Honduras publicó un análisis jurídico que llamaba a la suspensión de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), con aval internacional, fundada en la ‘inconstitucionalidad’ de su creación”. Fulminante, ¿no le parece, estimada lectora? Pero veamos qué más nos dice la citada publicación.

Más adelante, se señala que “Según el análisis del congreso, el acuerdo de 2016 que acordaba la creación de la MACCIH, que suscribieran el presidente hondureño Juan Orlando Hernández y la Organización de Estados Americanos (OEA), viola la constitución hondureña, pues interfiere con la ‘soberanía nacional’ y la ‘autonomía e independencia’ de las instituciones del país.” Luego agrega que “Eric Olson, director del Programa Latinoamericano del Centro Woodrow Wilson, comentó a InSight Crime que un fallo de la Corte Suprema declarando inconstitucional el mandato de la MACCIH sería ‘un golpe devastador’. Según Olson, los ‘riesgos son enormes’ para una decisión así de la corte, la cual está llena de aliados del presidente Hernández, quien también enfrenta denuncias de corrupción.”

Continúa diciendo InSight Crime que “Christine Wade, experta en Centroamérica y profesora de ciencia política en el Washington College, declaró a InSight Crime que aunque el mandato de la MACCIH haya sido débil desde el inicio, si se suprime su presencia es improbable que las investigaciones anticorrupción en Honduras prosperen. ‘Existe muy poca voluntad política o capacidad institucional para enfrentar la corrupción en Honduras. La élite política, comenzando por la misma cúspide, tiene muy pocos deseos de investigarse a sí misma’, comentó Wade.”

Luego concluye la publicación aseverando que “Aun cuando no prospere este nuevo embate para socavar y descarrilar las investigaciones, Olson y Wade coinciden en que la campaña para debilitar los organismos investigativos encontrará otra vía.”

Como el lector sabe, la Sala de lo Constitucional, por unanimidad, declaró constitucional el convenio suscrito con la OEA que da vida a la MACCIH, como también sabe que ahora el ataque se dirige en contra de la UFECIC, el brazo del Ministerio Público que lidera la lucha contra la corrupción. En pocas palabras, los corruptos perdieron una batalla, pero seguirán librando la guerra. De hecho, hay quienes piensan que el fallo de la Sala de lo Constitucional pudo haber sido diferente de no haber sido por la posición de la comunidad internacional. Es difícil pensar que el pronunciamiento de la Embajada de Estados Unidos no tuvo un impacto en la decisión de los magistrados. Por supuesto que algunos “analistas” políticos aparecieron criticando la “presión” que la comunidad internacional había ejercido sobre la Corte Suprema, ignorando, por supuesto, la presión que algunos diputados y otros políticos corruptos habían también aplicado a la Corte. Nuevamente, si para luchar contra la corrupción es necesario el apoyo decidido y manifestado públicamente por nuestros amigos de otros países, que así sea. Por ahora, quiero agradecerles públicamente por habernos acompañado en esta batalla contra la corrupción.

Debo confesar que concuerdo con un diputado quien públicamente expresó que había una campaña de desprestigio montada en contra del Congreso. Yo estoy convencido que eso es así. No obstante, quienes impulsan esa campaña son los mismos diputados que no cesan de tomar medidas que propician la corrupción y la impunidad. Pareciera que han decidido suicidarse políticamente. En tanto no rectifiquen, en tanto no enmienden su proceder, seguirán recibiendo la repulsa y el desprecio del pueblo.

En cuanto al resto de nosotros, entendamos que la lucha contra la corrupción recién inicia. Sigamos atentos y denunciemos los actos de corrupción que veamos. Si callamos, permitiremos que el país continúe en manos de políticos corruptos. No dejemos que eso suceda. Se lo debemos a nuestros hijos y nietos, a las futuras generaciones. Nuestra responsabilidad es legar un mejor país que el que recibimos. Cumplamos con nuestra obligación. Levantemos nuestras voces y demos la batalla.

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