Construir tu propio satélite, conocer la historia del cacao -con cata de chocolate incluida- o crear un microscopio con un ‘smartphone’ son algunas de las más de 1.300 actividades de la Semana de la Ciencia, que arranca mañana con el objetivo, una edición más, de ‘sacar’ los laboratorios a la calle.
Son muchas las ciudades que se han apuntado a esta nueva edición de la Semana de la Ciencia, que tiene entre sus objetivos fomentar la conciencia pública hacia la ciencia, aumentar la accesibilidad al conocimiento y generar nuevas formas de participación social.
“La Semana de la Ciencia es una gran celebración que permite convertir la ciencia en la protagonista de un intenso programa de actividades dirigido a todos los públicos. La ciencia sale a la calle, acercándose a los ciudadanos e invitando a la participación”, señala a Efe José Ignacio Fernández Vera, director general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt).
Fernández Vera, quien reivindica la importancia de hacer la ciencia accesible sin perder el rigor, recuerda que la Fecyt en la convocatoria de ayudas de 2015 financió 14 proyectos enmarcados en la Semana de la Ciencia (talleres, concursos, teatro, ferias, etc).
Madrid es una de las ciudades que más actividades gratuitas albergará, este año más de mil, coordinadas por la Fundación para el Conocimiento madri+d: participarán más de 3.000 científicos y gestores de ciencia y unas 600 entidades repartidas por la comunidad.
En la capital es la décimo sexta edición de esta iniciativa cuyo lema es “En un lugar de la ciencia”, en homenaje a Miguel de Cervantes en el IV centenario de su muerte. Además, la Semana también se une a la celebración del Año Internacional de las Legumbres de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), informa en una nota madri+d.
La Semana de la Ciencia también reivindica las vocaciones científicas
Federico Morán, director de esta fundación, explica a Efe que gracias a la Semana los ciudadanos tienen la oportunidad de conocer a qué recursos se dedica una parte de sus impuestos.
“Los españoles somos ‘pro-ciencia’ como se refleja en las encuestas de percepción social de la ciencia pero quizá deberíamos jugar un papel más activo a la hora de defender la inversión en investigación”, recalca Morán, quien además recuerda que en el ámbito educativo cada vez se estudian menos carreras científicas.
