Montevideo/Buenos Aires – ¿Francés, argentino o uruguayo? Los argumentos que se plantea en cada país sobre la nacionalidad de Carlos Gardel son muchos, pero solo una cosa es clara: este será para siempre un tema de discusión.
Se sabe que al ‘Morocho del Abasto’ le gustaba el fútbol -no tanto como las carreras de caballos- y más de una vez se lo vio en un campo de juego.
Observó en el Gran Parque Central de Montevideo un triunfo del Nacional por 3-0 frente al Barcelona y la victoria del Peñarol por 1-0 ante el Deportivo Español de Barcelona, el día que José Piendibene batió al mítico Ricardo Zamora.
Por supuesto que también puso su inconfundible voz al servicio del deporte rey con varias piezas, ‘Patadura’ una de ellas.
«Querés jugar de ‘forward’ y ser como Seoane / Y hacer como Tarasca de media cancha un gol / Burlar a la defensa con pases y gambetas / Y ser como Ochoita el crack de la afición».
Cuentan, además, que el ‘Zorzal Criollo’ visitó en 1930 a los planteles de Argentina y de Uruguay que disputaron el Mundial y que le cantó a los jugadores. También dicen que no asistió a la final de Montevideo por no tener que apoyar a uno de los dos equipos.
Pasaron 92 años desde que eso sucedió y el planeta fútbol tiene sus ojos puestos en una nueva Copa del Mundo, la número 22 organizada por la FIFA. Allí un jugador une a los tres países.
Argentina y Francia se pondrán cara a cara en una final inédita a la que no le faltará el mate y el toque ríoplatense por ninguno de los dos lados.
Y es que el delantero Antoine Griezmann -nacido en la localidad de Mâcon en marzo de 1991- demostró su amor por Uruguay una infinidad de veces, al tiempo que algún gesto lo ubicó también cerca del país al que ahora se enfrentará.
«Desde mis 18 años, cuando empecé a jugar en el fútbol profesional (…) cada año tuve un uruguayo que me ayudó en los momentos difíciles. Siempre la sonrisa de un uruguayo me ayudó», dijo el atacante en 2018 cuando arribó por primera vez a Montevideo para acudir a la boda de su amigo Diego Godín.
Su debut como profesional lo hizo en la Real Sociedad bajo las órdenes de Martín Lasarte, quien también hizo debutar a Luis Suárez. Años después el destino quiso que ambos jugadores compartieran vestuario en el Barcelona -donde también estaba Lionel Messi- y en el Atlético de Madrid.
Compañero de ataque de Carlos Bueno, con quien comenzó a tomar mate, ‘Grizi’ fue el verdugo de Uruguay en el Mundial de Rusia 2018 en el que marcó uno de los tantos que despidieron a la Celeste en cuartos de final.
Sin embargo, el número 7 no se olvidó de ese país y, tras ser campeón del mundo, acudió a la conferencia de prensa donde tras hablar con un periodista uruguayo tomó una bandera y la puso sobre sus hombros.
Socio del Peñarol desde 2016, Griezmann también se dejó ver en sus redes sociales con la camiseta de Boca Juniors y en varias oportunidades mostró el cariño que guarda por los argentinos.
Siempre dirigido por Diego Simeone en el conjunto colchonero, el francés cuanta hoy con tres compañeros nacidos en ese país, a los que se enfrentará en la final: Rodrigo De Paul, Nahuel Molina y Ángel Correa.
«Me debes un asadito», escribió Griezmann meses atrás en una publicación de Instagram que fue acompañada por una foto en la que está abrazado a De Paul, quien le respondió: «Un pedacito de carne».
Días atrás, tras sellar su boleto a una nueva final del mundo, el francés aseguró que Messi «es el mejor» -algo que no fue compartido por su compañero Aurelien Tchouameni-.
Y este domingo frente al diez, Griezmann buscará ganar su segundo Mundial en cuatro años, defendiendo a su Francia y sin olvidar su amor por el Río de la Plata.
El diario deportivo argentino Olé tituló una información resaltando «el lado argento» de Griezmann, a lo que respondió el periódico uruguayo El Observador: «¿Griezmann argentino? Gardel, el mate, el dulce de leche y ¡ahora van por el francés!».
Días después del cumpleaños del ‘Mago’ -que nació un 11 de diciembre-, ahora el delantero francés parece ser el nuevo Gardel. JS