Tegucigalpa- La situación crítica que enfrenta el suministro eléctrico en el país, es porque según el sindicato, la demanda diurna ha alcanzado un promedio histórico por encima de los 1,900 megavatios, mientras que la demanda nocturna se sitúa en un promedio de 1,821 megavatios.
Estas cifras, comparadas con el año anterior, revelan un crecimiento alarmante en la demanda eléctrica, dijo el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE), Miguel Aguilar.
Ante esta coyuntura, la empresa ha implementado un conjunto de medidas bajo un plan de acción diseñado para mitigar la crisis. Sin embargo, incidentes recientes, como el ocurrido la noche anterior en la zona de Olancho, han evidenciado la vulnerabilidad del sistema.
Incendios forestales han provocado la quema de estructuras de madera, dejando fuera de servicio las líneas 441, 442 y 443. Aunque la respuesta de los técnicos ha sido efectiva, las altas temperaturas y la demanda energética continúan ejerciendo presión sobre el sistema, detalló Aguilar.
La empresa ha anunciado un proceso de desconexión preventiva en varios circuitos para evitar daños mayores en los equipos de transmisión y distribución, justificó.
En un comunicado reciente, se informó sobre la desconexión de los circuitos 63 y 64, afectando el valle de Quimistán hasta la zona de San Marcos de Colón. La población ha sido debidamente notificada para que se prepare para un período de hasta 12 horas sin energía eléctrica.
Se espera que la entrada en funcionamiento de una potencia adicional de 140 megavatios, que estaba programada para fines de marzo, alivie en gran medida la situación en las zonas más afectadas del país. No obstante, persisten desafíos significativos, como la sobrecarga en transmisión y transformadores, exacerbada por las condiciones climáticas extremas, enfatizó Aguilar.
Finalmente, el presidente del sindicato, reconoció que son apagones los que se dan, y eso es porque los equipos no están soportando la presión, de modo que la crisis energética actual subraya la importancia de invertir en infraestructuras resilientes y estrategias de gestión de la demanda para garantizar un suministro eléctrico confiable en el futuro. LB
