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Alberto García Marrder: migrante, periodista y corresponsal internacional

Ricardo Puerta

Tegucigalpa. – Con ese título creo haber identificado hasta los topes a Alberto García Marrder (AGM), al señalar las “condiciones” que más lo distinguen en su larga y fructífera vida personal, laboral y pública. Nació en la zona bananera de Honduras, de padre español y madre hondureña. Tuvieron 4 retoños nacidos, todos en Honduras, dos hembras y dos varones, con Alberto de primogénito. Los 4 aún viven fuera de Honduras. 

El tata de la nana de Alberto, abuelo ruso materno, lo influenció mucho, de nombre, era también Alberto,  un judío-ruso, que vino a Honduras a trabajar como arqueólogo en  las Ruinas de Copán. Se quedó en estas acogedoras tierras. Hizo en Honduras su fortuna como comerciante y murió en su finca de Copán. 

 Alberto el periodista entrevistado, hoy también con nacionalidades estadounidense y española, acaba de cumplir 80 años de edad, y vive en su nueva residencia castellana, cerca de Madrid.

No se ha jubilado del periodismo, a pesar de los casi 40 años que  ha laborado como corresponsal extranjero y directivo de la Agencia Española de Noticias EFE en Londres, Houston, Washington, Nueva York y Miami. Y como enviado especial de EFE en Praga, Belfast, Helsinki, Managua, Santiago de  Cuba, Bariloche (Argentina), Viña del Mar (Chile), Tegucigalpa, San Salvador y  las Islas Malvinas, tras la guerra con Argentina.  

Sigue muy activo, desde Madrid, su profesión a sus 80 años como analista político, escribiendo desde hace  más de 15 años, en el portal  «Proceso Digital», de Tegucigalpa.

Alberto, un viejo amigo desde los tiempos de Londres, al entrevistarlo para mi columna en proceso.hn me resalta por su éxito técnico y profesional, como periodista y corresponsal de prensa internacional.

En esta serie de Entrevistas hechas a especialistas de otras disciplinas que desde su formación y desempeño miran al presente  al fenómeno migratorio, incluyo a Alberto porque lo caracterizo como un tipo ideal de “Migrante Racional”, al estilo weberiano. Eso, por haber manejado con eficacia el arreglo de medios a fines y por su adaptación como migrante receptivo a adoptar contextos de vida y de desempeño laborales muy distintos a los prevalecientes en Honduras, donde nació…Empecemos la entrevista: 

-Ricardo Puerta/RP: Alberto, entiendo que acabas de cumplir los 80 años y vives ahora en Madrid. ¿Cómo analizas tu carrera profesional en medio mundo?

– Alberto García Marrder/AGM: Exacto, 80 años bien asimilados y desde hace un año, vivo en un pueblo castellano de mucha historia cerca de Madrid con mi familia. Estoy- teóricamente- jubilado después de casi 40 años como corresponsal extranjero en Europa y Estados Unidos para la Agencia Española de Noticias EFE y, además, como directivo de esa agencia en Londres, Washington y Miami.  Y sigo en activo, ya que desde hace 15 años escribo cada domingo una crónica – análisis para el portal “Proceso Digital” de Tegucigalpa, siempre en su portada por supuesto.

RP: Qué raro… ¿ninguna experiencia periodística en Honduras, país donde naciste?

AGM: Sí la hubo, pero fue un fracaso. En 1967, regresé a Honduras después de haberme graduado de la Escuela Oficial de Periodismo en Madrid por cuatro años y un año en Paris, con una beca del gobierno francés para estudiar periodismo audiovisual en la cadena de televisión ORTF.

Inmediatamente me contrató, en San Pedro Sula, el diario “La Prensa” como Jefe de Información y director de su noticiero de televisión. Para suerte mía, a los tres meses me despidieron sin razón alguna. Aproveché una invitación del gobierno británico y viajé a Londres para visitar la prensa de ese país. En menos de un mes, tenía dos ofertas de trabajo en Londres: una de redactor en la versión en castellano del prestigioso semanario “The Economist” y en el turno-noche, de redactor en la Agencia EFE, en pleno “Fleet Street”, la calle de la prensa londinense. Eventualmente, me quedé solo con EFE.

RP: ¿Cómo ocurrió esa exclusiva tuya de un tráfico de armas checas a El Salvador para usarlas contra Honduras?

AGM: Eso fue en 1969, viajé a Praga y Bratislava para cubrir para EFE los disturbios con motivo del primer aniversario de la invasión soviética. Y a investigar un tema que quería confirmar. Y lo logre: existía un puente aéreo de armas checas a El Salvador, quien había mantenido una breve guerra con Honduras meses antes. Fui en Bratislava a una fábrica de armas y en la capital, Praga, me expulsaron de las oficinas de InterArms, la agencia que se encargaba del envío de armas.

Ese reportaje mío ocupó la portada y dos páginas en el interior de mi ex diario “La Prensa”, quien ese día duplicó su circulación por primera vez en su historia. El mismo diario que me había enviado a la calle poco antes. Y seguí colaborando con ese diario con reportajes en exclusivas desde Londres, Belfast y Madrid.

RP: En tu larga carrera periodística… ¿Cuáles han sido tus mejores triunfos y cuéntame si ha habido fracasos?

AGM: Si los ha habido y los fracasos son los que no se olvidan. Creo que uno de éxito fue la entrevista en 1985, y a solas, en la Oficina Oval de la Casa Blanca con el ex presidente Reagan. Era la primera vez que un periodista latinoamericano entrevistaba a un presidente de Estados Unidos. El segundo fue, otro periodista hondureño, mi admirado Jacobo Goldstein, a Bill Clinton, para CNN En Español, La Tribuna y HRN.

–       Fui también el primer periodista latinoamericano en entrevistar a la ex Primera Ministra británica Margaret Thatcher en  el 10 de Downing Street de Londres.

Igualmente el primer periodista latinoamericano y español en entrar (por tres veces) al Corredor de la Muerte en la Prisión de Raiford, en  el norte del estado de la Florida. Para entrevistar a tres presos condenados a muerte: un canario (ya fallecido), un español-americano (aún sigue) y un español-ecuatoriano (ya libre).

RP: ¿Y los fracasos?

AGM: Han sido varios, pero recuerdo más que todo uno, en enero de 1998, durante la visita del Papa Juan Pablo II a Santiago de Cuba. Durante la misa al aire libre, yo estaba muy cerca del Santo Padre y miraba con curiosidad las reacciones faciales de Raúl Castro. Pero de qué vale estar presente cuando un “agenciero” no puede transmitir a la oficina de EFE en La Habana lo que estaba viendo tan de cerca.  No funcionaba la conexión y miraba con envidia la facilidad que tenía el colega de Reuters, usando una parabólica portátil. Tuve que ir corriendo a una oficina de correos para transmitir con las consiguientes seis horas de retraso. ¡Imperdonable en una agencia de noticias!

RP: Sé que regresaste a Honduras en el avión del Rey Juan Carlos I de España… ¿Cómo fue eso?

AGM: En 1977, estando de redactor jefe en la central latinoamericana de EFE en Madrid, fui escogido para cubrir para la agencia el viaje del entonces de Rey de España, Juan Carlos I a Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Panamá en el DC-8 de la Fuerza Aérea de España. Tuvimos que cambiar de avión en Guatemala para ir a Tegucigalpa. Fue en un avión más pequeño, un Electra de Lockheed cuatrimotor turbohélice, por la reducida pista del aeropuerto de Toncontín y en una recepción en la embajada de España pude abrazar a mi padre, el comerciante español José García Sánchez, a quien no miraba desde hace cinco años.

RP: Y… ¿cómo fue ese encuentro con Plácido Domingo y la Princesa Diana? 

AGM: Al tenor español Plácido Domingo yo lo recuerdo por haberme presentado a la Princesa Diana de Gales en Londres.   En 1992, yo era entonces el “Bureau Chief” de la Agencia EFE en Londres. Domingo me invitó al estreno de la ópera  “Otello”de Guiseppe Verdi en el “Royal Opera House”, para concluir una entrevista que había quedado pendiente.

Al terminar la función, la secretaria del tenor me vino a buscar para llevarme a su camerino. Domingo, todavía con la cara pintada de negro y habiendo matado por celos minutos antes a su esposa Desdémona (la soprano Kiri Te Kanawa)  y haberse clavado una espada por remordimiento, me recibe muy amable.

La entrevista es interrumpida por unos golpes en la puerta. Entra una radiante y elegante Princesa Diana para felicitar al tenor. Detrás de ella, el entonces Príncipe de Gales, con cara de aburrido y ahora, el rey Carlos III… ¡Era la noche de mi buena suerte!

RP: En tu formación como periodista, ¿Qué es lo que más te ha servido?

AGM: Todo lo que aprendí en la oficina de EFE en Londres y mi mentor fue el periodista español Antonio Sánchez Gijón, comenzando por los «leads», el primer párrafo de las noticias. Me enseñó también a leer y escribir en cintas «en ciego». En la Escuela Oficial de Periodismo aprendí cultura e idiomas, pero no la técnica del periodismo.

RP: ¿Qué recomiendas a los jóvenes que se están formando, con orientación a ser «buenos comunicadores sociales un mundo dominado por las tecnologías digitales en las facultades de Periodismo?

AGM: Que se arrimen a periodistas veteranos para que les enseñen lo que no van aprender en las Facultades de Periodismo o Comunicación Social.   Les enseñan en éstas mucha teoría, pero poca práctica.

RP: Si pudieras dividir tu vida profesional por etapas significativas de antes y después… ¿cuáles serían?

AGM: A partir de mis sesenta años cumplidos, creo he aprendido a escribir mejor, con un estilo más libre y a escoger los temas.

Y también, pienso que a ser más modesto…a bajarme de esa nube en la que solemos estar los periodistas arrogantes.

RP: De todas las asignaciones que te dieron en la agencia EFE, cuando fuiste su directivo en varios países, ¿cuáles de ellas fue para ti la mejor y la peor?

 AGM: Desde luego, la mejor como delegado (Bureau Chief) de la oficina de EFE en Londres por siete años. Era el primero en llegar a la oficina a las 7,00 AM y tenía ya organizado el día cuando llegaban el resto de periodistas a las 8AM. Y salía mucho a la calle. La peor, tal vez la de EFE en Houston (Texas).

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