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Afganistán, el Vietnam de Biden que podría costarle su reelección en 2024

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Análisis de Alberto García Marrder – Especial para Proceso Digital

Washington – Una aclaración necesaria: el presidente norteamericano, Joe Biden, no es criticado por sacar sus tropas de Afganistán después de 20 años de lucha infructuosa contra los talibanes.

Sí, por la mala gestión de esa retirada. Ha sido una retirada mal planeada, caótica y de vergüenza.

Y las culpas han ido sobre Biden, que aun así, se defiende como puede señalando a su antecesor, Donald Trump, que había dado ya las órdenes de la retirada para mucho antes, en mayo.

En lo que si tiene razón Biden es en señalar a las desmoralizadas fuerzas armadas afganas (adiestradas y armadas por Estados Unidos) en rendirse sin apenas luchar.

Pero el mismo Biden ha dicho que estuvo creyendo en las palabras del ex presidente afgano Ashraf Ghani, (que se fugó a una país vecino con 139 millones de dólares en billetes, según la prensa rusa,) de que no era inminente una victoria de los talibanes.

El presidente de Estados Undos, Joe Biden, anuncia la retirada de Afganistán. (Foto EPA-EFE).

He consultado a un veterano de la guerra de Afganistán, herido en combate y condecorado por valentía contra el enemigo, para que me explique mejor cuáles fueron los momentos decisivos e inesperados de la victoria talibana.

Marcos García, mi hijo y antiguo capitán de la Infantería de Marina Estadounidense (US Marines), me dice que la OTAN cometió varios errores a lo largo de su intervención en Afganistán.

Cree que el golpe mortal y psicológico para los cuerpos de seguridad afganas fue la retirada de las últimas 2,500 tropas estadounidenses y miles de contratistas que apoyaban a las tropas afganas.

“Al no tener esa presencia física que tanto tranquilizaba psicológicamente a los cuerpos de seguridad afganas, las tropas afganas se hundieron”.

Mi hijo, quien en casa tiene colgada en una pared varias medallas, incluyendo la “Purple Heart” (“Corazón Púrpura”), otorgada a aquellos heridos o caídos en combate, es uno de los miles de veteranos que ahora se preguntan, si ha valido para algo esta guerra.

Una guerra que ha cobrado más de 47,245 vidas civiles y unos 66,000 soldados y policías afganos. Y entre la OTAN, unos 3,592 combatientes.

Una foto ya histórica. Unos 640 refugiados afganos se escapan del control de los talibanes en su país en la panza de un avión militar americano de carga, un C-17, que- teoricamente, solo puede llevar 102 pasajeros. El avión despegó, violando todas las reglas, y los llevo de Kabul a Qatar. (Foto Departamento de Defensa).

Es pertinente hacer unas conclusiones: ¿De qué manera va a afectar al futuro político de Biden la tragedia de Afganistán?

1-En 2024, Biden tendrá 81 años. Y aunque él dijo en marzo de este año que se presentará a la reelección ese año, lo más seguro es que no lo haga y deje a su vicepresidenta, Kamala Harris, que luche por la Casa Blanca contra, posiblemente, el republicano y ex presidente Donald Trump.

2-  ¿Cuáles serían los motivos de Biden para retirarse? Se me ocurren dos: la edad desde luego y por su desastrosa gestión de la retirada de Afganistán en agosto de 2021.

3-  Los votantes norteamericanos no van a olvidar nunca las imágenes de afganos agarrados en el tren de aterrizaje de los aviones militares en el aeropuerto de Kabul tratando de escapar de los talibanes. Ni de las madres afganas lanzando a sus bebes a los soldados americanos para que se salven.

4-  En mayo pasado, más de 20 diplomáticos de la embajada de Estados Unidos en Kabul habían advertido al Departamento de Estado que había que comenzar urgentemente la evacuación de los traductores afganos debido al avance de los talibanes. Washington ignoró esa advertencia.

5-  Cuando los talibanes ya estaban merodeando los alrededores de Kabul, Biden seguía disfrutando en Camp David, el retiro presidencial en Maryland, y se negaba a interrumpir su largo fin de semana.

Una brigada de milicianos talibanes. Al rendirse el ejercito afgano , les han dejado a los talibanes casi todo el armamento ligero que les había suministrado Estados Unidos.

Paso lo que pasó, que la caída de Kabul les cogió al gobierno americano de sorpresa, para vergüenza de sus servicios de inteligencia.

Sabían que iba a caer, pero no tan pronto. Lo esperaban para finales del año o para el próximo.

Comenzó entonces la operación de echarle la culpa a alguien más: a Trump, a las fuerzas armadas afganas y al ex presidente fugado.

Para los historiadores de la etapa de Biden, ésta ya está manchada por la pésima gestión de esta retirada, a pesar que más de la mitad de los votantes la apoyan.

Y muchos harán un paralelo entre Biden y el ex presidente demócrata Lyndon B. Johnson (1908-1973) que en 1968 renunció a una reelección por su desastrosa gestión de la guerra en Vietnam.

El analista Simon Tisdall escribe en el diario londinense “The Guardian” que Afganistán será visto como una derrota de Biden y que, posiblemente, vuelva a perseguirlo como un fantasma.

“La situación en ese país se parece a Irak tras la retirada americana en 2011.  En menos de dos años, los terroristas de Al Queida controlaban grandes zonas de Irak y Siria y declararon el Califato Islámico“, escribe Tisdall.

Y recuerda que para parar los ataques terroristas en Europa, Estados Unidos tuvo que enviar de nuevo tropas de combate a Irak y se pregunta:

“¿La historia se va a repetir en Afganistán?” Argumenta que una nueva amenaza terrorista internacional y que Kabul se convierta en un centro de operaciones de Al-Qaeda, podría forzar a Biden a regresar a Afganistán.

Por ahora, la presencia de grupos que están resistiendo a los talibanes en el sur del país, presagia que podría continuar una larga guerra civil.

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