Por: Ricardo Puerta
Tegucigalpa.- El Acuerdo Migratorio fue firmado ante el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el 26 de julio pasado. Por EEUU lo hizo Kevin McAleenan, secretario interino del Departamento de Seguridad Nacional, y por Guatemala Enrique Antonio Degenhart Asturias, Ministro de Gobernación (o del Interior). Ambos son funcionarios “de inteligencia y seguridad”, de rangos bajos, que nada tienen que ver directamente con sus respectivas cancillerías, ni cooperación.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49134692
Lo esencial del Acuerdo, aplicado a un hondureño que emigra de Honduras por tierra para llegar a Estados Unidos y pedir asilo, podría resumirse así: Debe irse de tránsito por Guatemala, allí pedir protección para que su caso ya este archivado en un “3er país seguro”. Con “la protección” que consiguió en Guatemala podrá continuar su viaje por tierra, atravesar México y al llegar a la frontera estadounidense, donde se entregará a las autoridades, pidiendo asilo en una Corte de Migración. Producto de ello, su caso engrosó una lista de espera —en la siempre creciente mora judicial— y aún contra su voluntad —en un corto tiempo desconocido— se tendrá que devolver a Guatemala —hasta que el Juez de Migracion lo llame— para decidir sobre su solicitud de asilo en Estados Unidos.
Si el Juez falla favorable, se quedara legalmente como asilado en Estados Unidos, pudiendo trabajar. Y si pierde el caso, entonces está obligado volver a Guatemala para vivir y trabajar, en ese “3er país seguro”. Sigue con la duda si en su solicitud de asilo, por haber sido ya negada —puede todavía apelarla desde Guatemala— ante otro Juez de Migración estadounidense. Si en el relato anterior sustituyes el nombre de Honduras por El Salvador, el mismo proceso se aplica a los ciudadanos salvadoreños. El lector puede encontrar el texto completo del Acuerdo firmado entre Estados Unidos y Guatemala en el Internet.
Valoro de “chueco” el acuerdo firmado entre Estados Unidos y Guatemala por las razones que siguen:
Se realizó bajo presión con Guatemala. Es inconstitucional e ignora leyes y normas vigentes. Es muy incierto. Obliga a Guatemala a cumplir obligaciones con migrantes extranjeros por un lapso de tiempo indeterminado, que el Estado guatemalteco no puede garantizarle a la mayoría de sus ciudadanos.
Podría agregar otras razones, pero eso alargaría más este artículo, que ya de por sí, es extenso.
Cierro el articulo anticipando y comentado lo que le espera a Honduras tras este pacto estadounidense recién con Guatemala y antes con México.
En el análisis hecho solo menciono “de pasada” otro acuerdo de 3er país seguro que Estados Unidos firmó en el 2002 con Canadá, y que entró en vigencia el 29 de diciembre del 2004. A los tres años, se mercantilizó con haitianos y mexicanos, con una historia sin gloria alguna.
http://www.torontohispano.com/columnas/inmigracion/inmi34.shtml
Entremos en materia:
I. El Acuerdo firmado es inconstitucional en Guatemala. Quedó evidenciado en una reunión que tuvo Trump y Morales en la Casa Blanca, en junio pasado, para consensuar algo parecido a lo firmado y a última hora la reunión terminó abruptamente. Razón: según cables internacionales, una orden judicial de la Corte Constitucional de Guatemala impedía al Presidente Morales, que por inconstitucional firmara un documento de esa índole. Entre sus argumentos se afirma que la efectividad del acuerdo firmado sobre la solicitud de asilo del migrante se decide en Estados Unidos pero sus consecuencia –económicas y de otra índole– las paga Guatemala.
Según la Corte Constitucional de Guatemala, el Presidente debió haber mandado primero la propuesta del Acuerdo al Congreso de la República, pidiendo su aprobación, y una vez aprobada –con o sin modificaciones—entonces podrán firmarla los presidentes de ambos naciones.
El Congreso guatemalteco considera que ese “trámite” es indispensable para cumplir con el debido proceso y la normativa vigente. Pues por sus consecuencias se usará el territorio nacional y fondos del Presupuesto Nacional de la República de Guatemala. Gastos en beneficio de migrantes extranjeros –que por un tiempo impreciso en el Acuerdo– habría que mantenerlos en hasta que un Juez de una Corte de Migración estadounidense lo cite para decidir sobre su caso.
La decisión de inconstitucionalidad no es nada nuevo sobre un pacto de este tipo. El Congreso de la República de México también llegó a la misma interpretación/conclusión, cuando discutía el Acuerdo que en esos días iba a firmar su Canciller con el de EE.UU.
Otro detalle explicativo del Acuerdo firmado. En el pacto logrado entre Guatemala y Estados Unidos, ni siquiera menciona el CA-4, conocido también por “Convenio Centroamericano de Libre Movilidad”, firmado en junio del 2006 entre los países del istmo (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua).
Ese Convenio homologó políticas y prácticas migratorias que ya existían en el proceso de integración regional centroamericano desde 1961, cuando se materializó la creación del Mercado Común Centroamericano y otros acuerdos de integración en la región, como el Grupo Andino, el Caricom y la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio /LALC.
El CA-4 se ha utilizado mucho en el istmo centroamericano para resolver asuntos geopolíticos. Según el CA-4, los nacionales de los países del istmo pueden viajar con entera libertad por los territorios de las naciones firmantes del Convenio, si además llevan también su tarjeta de identidad u otro documento que los identifiquen.
En caso de que el portador del CA-4 transite acompañado de un menor –hecho que abunda en estos días por predominar los nucleos familiares en las caravanas de migrantes– entonces al menor se exige también que tenga su pasaporte vigente, y si no viaja con sus padres, que además lleve una carta de sus padres, autorizándoles el viaje y la tutela del adulto protector, a fin de evitar el tráfico ilegal y la trata de menores.
II. Guatemala negoció bajo presiones económicas de EE.UU.
Bajo tales condiciones es imposible que del mismo salga un resultado justo, al menos para el lado guatemalteco. Desde un principio, el proceso favoreció a Estados Unidos y se hizo en condiciones de “león suelto –Estados Unidos– ” contra mico amarrado” –Guatemala.
Si durante la negociación, lo propuesto por el lado estadounidense, Guatemala no lo aceptaba, el lado de Trump amenazaba con imponerle un impuesto a la “exportación” de las remesas que envían a sus familiares y allegados los guatemaltecos radicados en la nación del Norte.
El monto de remesas que desde EEUU llega a Guatemala resalta en la economía nacional por su monto e importancia que tiene en variables macro y micro. Anualmente llegan a Guatemala en remesas poco más del doble que lo recibido por Honduras. En el 2018 ascendió a US$9,288 dólares, con crecimientos interanuales que fluctúan del 9% al 12% y suma el 11% al PIB anual. El total de las remesas anuales en Guatemala supera por poco a sus exportaciones, unos 10,500 millones de dólares anuales. En términos regionales, Guatemala acapara el 32% de los envíos de remesas que llegan a los países centroamericanos y República Dominicana.
https://www.prensalibre.com/economia/guatemala-recibio-us25-millones-diarios-en-remesas-familiares-en-2018/
Las amenazas económicas que recibió Guatemala en las negociaciones del Acuerdo firmado eran muy parecidas, aunque de menos pisto, a las que usó E.UU. contra México, cuando en junio pasado estaban negociando el acuerdo binacional que al final firmaron los cancilleres de ambas naciones.
En la negociación del Acuerdo con México, por estrategia, Trump unió “comercio y migración” en un mismo paquete, aumentando muchísimo la presión estadounidense sobre Guatemala. Por eso, cuando México rechazaba algo en migración, tenía que ceder porque los estadounidenses amenazaban con imponerle, por los 10 meses siguientes, un gravamen mensual creciente del 5% a las exportaciones mexicanas, hasta llegar al 50%.
Y lo que se iba a grabar sumaba una cantidad inimaginable. Su monto, expresado en dólares, es el mayor que en el planeta se intercambia a diario en las fronteras terrestres de dos países. Excluyendo lo movido en dólares desde fuentes no confiables o ilegales —por lavado de dinero, armas y narcoactividad,– asciende a setenta y cinco mil millones de dólares estadounidenses (US$75,000,000,000) en un año.
Para que tener una “ idea hondureña”, el total de 75 mil millones, equivale a intercambiar POR DIA, 36 veces, es decir, en 40 minutos de cada hora, el monto total del producto interno de Honduras/el PIB hondureño EN UN AÑO.
Más sobre Guatemala
Tiene una superficie de 108.890 Km2 con una población de 17.247.807 personas y una densidad de 158 habitantes por Km2. Se encuentra en la posición 67 de la tabla de población, integrada por 196 países. El estrato de pobreza en la población total esta alrededor del 66%, casi igual a la de Honduras
Los Guatemaltecos es la tercera población hispana de EE. UU. (en el 2018), superados solo por los mexicanos y salvadoreños. Según el Censo, los latinos o hispanos en Estados Unidos ascienden a 50 millones 477 mil 594.
https://www.prensalibre.com/guatemala/migrantes/guatemaltecos-son-la-tercera-poblacion-hispana-en-ee-uu/
Los guatemaltecos en EE.UU. suman más de tres millones, casi el triple de hondureños en EE.UU.
III. Bienes y servicios que debe proveer Guatemala al migrante que espera en ese territorio nacional como “3er país seguro”.
Según el acuerdo firmado de “3er país seguro” Guatemala deberá aplicarlo a los migrantes centroamericanos y extranjeros que salen de sus respectivos países, sin la debida documentación hacia los Estados, y pasan de tránsito por territorio guatemalteco. Como dijimos, al llegar a Guatemala deben pedir protección de “3er. país seguro” para poder seguir adelante. Y cuando estén en la frontera suroeste de México con Estados Unidos —soliciten asilo, país donde de hecho quieren quedarse.
Dado que la Constitución de Estados Unidos y leyes aún vigentes son histórica y tradicionalmente pro-migrantes, en base al Acuerdo firmado, la solicitud de asilo, una vez expresada por el interesado, por Ley, tiene que aceptarla la autoridad correspondiente de Migración. En contraparte, el migrante interesado debe aceptar que “el tiempo de espera” hasta que le llegue su turno y lo llame el Juez de la Corte de Migración estadounidense, debe pasarlo en Guatemala.
Y en esta coyuntura aparece lo insospechado: “la mora judicial que existe en las Cortes de Migración”. Me refiero al enorme número de solicitudes presentadas a diario y acumuladas en aumento por año en cada Corte. Ello existe debido al insuficiente número de jueces que atienden el monton de casos y por el tiempo que exige cada caso para estudiarlo y ser resuelto por el Juez de la Corte de Migración que lo atiende.
Según el conteo realizado por la Transactional Records Access mora judicial Clearinghouse (TRAC), de junio—en el 2017 (sin caravanas) Estados Unidos tenía pendientes 945,711 casos de asilo en espera. De esos, 199,592 eran personas de Guatemala, 161,575 de El Salvador y 153,298 de Honduras. Si la política del acuerdo firmado afectara únicamente a solicitantes de El Salvador y Honduras, y no de Guatemala – sin tampoco contar a otros migrantes extranjeros en tránsito– Guatemala recibiría hoy a 314,873 personas, aproximadamente, solo de esos dos países.
¿Qué significa “3er país seguro”?
Durante la espera que hace el solicitante de asilo en el “3er. país seguro”, el Estado de Guatemala le debe cumplirle al migrante protegido lo siguiente:
Que los solicitantes de asilo que NO sean retornados a su país de origen. Que siempre se respete el principio de «no devolución», a menos que el protegido, por razones sentimentales –que se pueden “crear y fomentar”—pida “voluntariamente” que lo deporten a su pais de destino. Acción que es “políticamente incorrecta” con los migrantes cubanos por el monto de votos electores que poseen en los Estados Unidos.
Y que además le aseguren al migrante otras 3 condiciones:
1. el derecho a la vivienda, seguridad social, servicios médicos, empleo y educación
2. el derecho a la reunificación familiar
3. que los solicitantes tengan un vínculo cercano con ese tercer país
En el caso de Guatemala, la condición #3 se cumple con más facilidad en el caso de los hondureños y salvadoreños, por la semejanza que tienen los municipios guatemaltecos con los de Honduras y El Salvador. Más si son rurales o centros urbanos de pequeños y medianos en sus poblaciones, según definiciones del Instituto de Censo y Estadísticas del pais de origen del migrante.
Entre las tres exigencias, la más difícil de cumplir para Guatemala es la #1, porque el Estado guatemalteco no puede garantizar eso ni a la mayoría de sus nacionales.
Y por si las dudas fueran pocas, el ministro Degenhart, firmante del Acuerdo por Guatemala, agregó otra más en una conferencia de prensa el pasado 30 de julio. Cuando “aclaró” que las personas enviadas a Guatemala amparadas por el Acuerdo firmado, recibirán un estatus migratorio legal, y que el mismo “no les obliga a quedarse en un área en la que deben estar circunscritos”.
En otras palabras, a los migrantes protegidos, según Degenhart, no se les dotará de albergue para que así, los migrantes “puedan moverse con libertad por todo el país”. Típico lenguaje de un funcionario público, de corte populista “que nunca pierde cuando habla”, aún cuando da una mala noticia que “NO habrá vivienda”, como es este caso.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49097853
https://www.univision.com/noticias/inmigracion/tercer-pais-seguro-el-sistema-de-asilo-rudimentario-de-guatemala-carece-de-capacidad-dicen-expertos
Lo anterior explica porqué lo que para Trump iba a ser “un correcto y excelente” acuerdo, al llegar a Guatemala de inmediato se convirtió en “un abuso del Ejecutivo”, “un plan frustrado”, “injusto para los migrantes”, “violador de la soberanía”, “ofensa para los guatemaltecos”, “atentado a la soberanía” y otras denuncias parecidas, probando que la reacción de los guatemaltecos, a nivel de pueblo y opinión pública fue inmediata y de casi total rechazo.
https://www.dw.com/es/el-frustrado-plan-de-convertir-a-guatemala-en-tercer-pa%C3%ADs-seguro/a-49658294
.Manfredo Marroquín lo resume bien cuando declara al The New Yorker: «Hubiera significado meternos en una situación que iba a agravar toda la crisis nacional… … porque estamos hablando de traer a miles de personas al año, y el Estado (guatemalteco) se iba a obligar a atenderlas con salud, educación y empleo; algo que (aquí) ni les da a los guatemaltecos.»
Al masivo rechazo nacional que tuvo el Acuerdo firmado, sin duda contribuyó que Guatemala estaba inmersa en elecciones presidenciales de segunda vuelta, celebradas el pasado 11 de agosto, casi dos semanas despues de haberse firmado el acuerdo, el 26 de julio anterior.
En un ambiente tan caldeado de política partidista y sobre todo de polarización, propio de una segunda vuelta de elección presidencial, el Acuerdo irritó y dividió aún más el ambiente reinante en el país.
¿Qué le espera a Honduras de Estados Unidos tras los Pactos Migratorios (binacionales) logrados con México y Guatemala?
Presiento que lo que viene para Honduras es lo siguiente:
“Complaciendo a Estados Unidos –voluntariamente o a la fuerza–, Honduras será también declarada “3er´pais seguro”, PERO no para los hondureños –porque esa figura jurídica es inaplicable a los nacionales del país de origen– sino para darle asilo en territorio hondureño a los migrantes extranjeros que se estén de paso o en tránsito por Honduras –para que firmen aquí una solicitud de protección–, y así, “puedan seguir por tierra en su ruta, y cuando lleguen a una de las fronteras terrestres de México con Estados Unidos, puedan pedir asilo en una Corte de Migración, si no tienen una visa vigente que los proteja. Tras aceptarle la solicitud, su caso pasa entonces a la larga lista de espera –de la mora judicial– y ya Estados Unidos puede mandar al solicitante de regreso a Honduras, “3er país seguro“, hasta que el Juez que atiende su caso, lo retome y llame al solicitante de asilo.
El probable Acuerdo de Estados Unidos con Honduras exige unos comentarios:
1. Garantizaría la vida y seguridad de los migrantes extranjeros de tránsito por Honduras, que quieren llegar a Estados Unidos para asilarse. En promedio anualmente unos 30 mil migrantes extranjeros transitan por territorio hondureño con el objetivo de llegar a México o EE.UU. Por su posición geográfica, Honduras es un paso obligado para cientos de migrantes caribeños, asiáticos y africanos que buscan llegar a Norteamérica. Hasta el presente, han pasado por Honduras, extranjeros de 22 naciones, en su mayoría –17 de ellas– del sur, caribeñas o centroamericanas. En estos tiempos su volumen anual tiende a disminuir en relación a años anteriores a la era de Trump. http://proceso.hn/migrantes/1-migrantes/impactante-caida-de-migrantes-de-paso-por-honduras.html
2. Cuba y Haití son los 2 países con el mayor número anual de extranjeros en transito por Honduras. Recordando que es “políticamente incorrecto” deportar cubanos a su país de origen, debido a la fuerza electoral que posee la diáspora cubana en Estados Unidos. Factor aún mas relevante en la actual era de Trump, por su nueva política de aislamiento y no de acercamiento o deshielo que tuvo Obama, tras haber sido re-electo Presidente.
3. Un tema a resolver antes de firmar cualquier acuerdo: ¿Quién pagará por los gastos que se derivan al convertir a Honduras en un “3er país seguro”?. Esos gastos son, al menos, de dos tipos: a) Económicos: tienen precios que bien pueden estimarse porque se derivarán de los bienes y servicios que consumirían los extranjeros migrantes que vivan y permanezcan en Honduras, y b) Sociales: los gastos en que incurrirá el Estado de Honduras para prevenir y combatir las reacciones de connacionales, contra la “inaceptable” práctica de darle a extranjeros en el territorio nacional beneficios que los hondureños no tienen en su propio país. Tales reacciones equivalen a sentimientos de rechazo y xenofobia, y en menor grado, por racismo y odio, “desviaciones” culturales, religiosas, etc.
4. Los esfuerzos gubernamentales de fomento a la inversión, desarrollo económico, paz, seguridad, apertura comercial, libre movilidad e integración en los países del istmo y de estabilidad regional para que haya prosperidad y gobernanza, desde 1982 –año que empezó en Honduras la era de transición hacia la democracia– son positivos. Deben ser reconocidos y ampliados por cualquier acuerdo migratorio que se firme.
5. La creciente narcoactividad y narco-política en Honduras, que se disparó la firma de la Paz de Esquipulas (1986-1987) ha debilitado no solo los esfuerzos y resultados positivos señalados en el párrafo anterior, sino que además como legado han incrementado la inseguridad y violencia en la vida cotidiana nacional. Unido al aumento del crimen organizado, maras y pandillas, corrupción, impunidad y el deterioro ecológico. Igualmente han debilitado el débil Estado de derecho, la separación y complementariedad de los poderes estatales, la independencia judicial y los valores morales y éticos de los políticos y funcionarios públicos. Causando en el ciudadano común, la pérdida de la esperanza y el orgullo nacional. Porque ya el hondureño en su propio país, no encuentra cómo sentirse seguro, subsistir y poder progresar con su familia.
6. Lo anterior provoca que más de la mitad de los hondureños, escapando de la pobreza e inseguridad que sufren por generaciones, prefieran irse de Honduras, mayormente para buscar una mejor vida. Emigrando al extranjero, con prioridad a Estados Unidos, Canadá o España—que se sabe poseen ya diásporas hondureñas y niveles de bienestar propios a los tiempos en que vivimos. Con fuertes instituciones públicas y privadas, democráticas. O al menos, parecidas o mejores como las que también sabemos que ya tienen Costa Rica y Panamá, los países “más avanzados” del istmo.