Tegucigalpa. – El presente artículo es una entrega de tres que he elaborado y denominado “Actualizando Migración I”, en el cual aprovecho a comentar, en mi función de sociólogo, lo estipulado por el destacado periodista, inmigrante y presentador de Univisión, Jorge Ramos, sobre “Cómo se perdió el debate migratorio”. A continuación, la primera entrega:
La foto del presidente Joe Biden y del expresidente Donald Trump, salió publicada en el mismo día y en el mismo Estado de la Unión americana. En Texas, separados entre sí por apenas unas millas. Pero los dos apareciendo en frontera con decisión y sentido de humanidad, para ganar votos en el electorado estadounidense y ampliar su simpatía en los medios de información y comunicación, todo con miras a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, a celebrarse el martes 5 de noviembre próximo. Será la número 60 de su tipo en la historia democrática de ese país, donde los votantes eligen a los compromisarios que deberán escoger al nuevo presidente y vicepresidente a través del Colegio Electoral. La figura de compromisarios en el Colegio Electoral, consiste en un sistema de elección indirecto. En casi todos los estados el candidato a la presidencia que gana, se lleva todos los votos compromisarios de ese Estado. Para ganar las elecciones se debe conseguir como mínimo la mitad de los miembros del Colegio Electoral, es decir, al menos 270 de los 538 votos que componen el colegio electoral.
Los resultados del censo de 2020 determinan el número de delegados para cada estado en el Colegio Electoral para estas elecciones.
El límite establecido por la Vigésimo segunda Enmienda constitucional permite al presidente en funciones, Joe Biden, ser reelecto para un segundo periodo de gobierno. Las elecciones primarias presidenciales y asambleas electorales ahora se están llevando a cabo, en los primeros seis meses del 2024. Este proceso electoral es también una elección indirecta, donde los votantes emiten sus votos por una lista de delegados para una convención de nominación de un partido político, quienes luego eligen al nominado presidencial de su partido. Además, se eligen 33 senadores y la totalidad de la Cámara de Representantes, desde 1913, la Cámara se compone de 435 representantes.
Se calcula que 281 millones de personas, aproximadamente el 3,6% de la población del planeta vive en la actualidad como emigrados fuera de su país de origen, y muchos de ellos dejaron su tierra natal en forma más o menos forzada. Aun reconociendo también que la gran mayoría de los nacidos en un país nunca se va de su país natal. En número medio o mayor los que se van, es porque combinan diversas causas como: pobreza, desempleo, subempleo, inseguridad, enfermedad, falta de acceso a la atención sanitaria, educación, agua, alimentos, vivienda, degradación del medio ambiente y cambio climático. Todo lo anterior es conocido como los impulsores o causas más «tradicionales» de los desplazamientos forzados o de los decididos libremente.
Países de emigrados atraídos por los Estados Unidos de América
En tiempos actuales ya desapareció del continente americano el texto de una era en que se hablaba de “legalizar a millones de indocumentados”, “darles permiso de trabajo a los recién llegados”, “ayudar a los dreamers o “soñadores” con nuevas y más rentables oportunidades de formación y empleo” y también “volver productivos a los Ninis” en vez de emigrar o recibir remesas, enviadas desde una o varias de las diásporas que en el exterior tiene su país natal.
Ahora, en las decisiones de política interna y externa de los Estados Unidos casi todo sucede para ganar votos en las próximas elecciones estadounidenses de noviembre. Para tener una idea de lo que eso significa, recomendaría ir o leer material descriptivo de lo que sucede fronteras, en este caso, la de México y Estados Unidos, donde ambos países comparten un territorio de unas 2,000 millas, es decir, 3,175 km, que tienen 55 puertos activos con entradas verificables. Asimismo, la región cobija una población combinada de aproximadamente 15 millones de personas, lo que equivale a poco más de los actuales habitantes del Estado de Pensilvania, solo por tener en mente un comparativo de referencia. Si de pronto a la frontera llega una caravana de migrantes en números inmanejables de solicitantes de asilo o refugio, la actual crisis migratoria se complica y amplía, y en adición, al presidente Biden le agregan otra presión, que a lo mejor lo induciría a cerrar todos los puertos de entrada a los Estados Unidos.
Empecemos por la realidad. Nunca antes han cruzado tantos inmigrantes indocumentados desde México a Estados Unidos, como sucedió durante la presidencia de Joe Biden. Desde el 2021 al 2023 ya van 6.4 millones – según datos de la Patrulla Fronteriza- y todavía falta aún más de la mitad del año 2024 para realizar las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Sólo en diciembre pasado 302,034 migrantes fueron encontrados en la frontera sur de Estados Unidos.
Todos hemos visto fotos e imágenes televisivas, que con frecuencia se suman “a la crisis fronteriza reinante”. Unos hablan de “invasión”, y entre “los invasores”, se destaca una combinación de “colados” que también son originarios de otros países. Hace 3 años, los emigrantes mexicanos que se sumaban a los que llegaban de afuera a sus fronteras “en caravana” habitualmente sobrepasaban el total de los recién llegados. Ese protagonismo mexicano hoy es historia porque ya no existe. Sino que los miembros de las caravanas de emigrados de hoy, en su total, nadie les gana. Mayormente las promueven en frontera los 3 países del Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Honduras y Guatemala), más dos del Caribe (Cuba y Haití) y más uno de Suramérica (Venezuela).