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Abrir la economía

Por: Daniel Meza Palma

Las autoridades sanitarias a nivel mundial, regional y nacional han concluido con base en el manejo de la pandemia del Coronavirus en los países donde inició la crisis, que el aislamiento y el distanciamiento social, constituyen las medidas más eficaces para prevenir y contener el drama provocado por un virus con gran capacidad de disfrazarse y que utiliza como principal medio de propagación a los humanos. 

El hecho de que la población, a pesar de los toques de queda absolutos, encuentra alimentos, medicamentos, y otros bienes y servicios esenciales (agua, electricidad, cable, internet, etc.) así como los medios de pago para adquirirlos y pagarlos cuando se reduce la movilidad a un 13.33% de días al mes por persona, es indicativo de que la economía ha funcionado en medio de la crisis, a un vapor consistente con la necesidad de reducir la cantidad de contagios. 

El nivel de operación ha sido variable entre actividades y ramas de actividad económica pudiendo plantearse rangos desde 0% hasta 80%.

Teniendo en cuenta fundamentalmente la variable fuerza de trabajo, puede formularse esquemas paulatinos de movilidad para ampliar la economía en acción sin poner en peligro grave, las medidas de contención de la pandemia. Una comisión especial de gobierno, empresarios, trabajadores, empleados por cuenta propia y médicos tendrían que seleccionar las actividades y ramas de actividad que se reactivarían con base entre otros criterios a los siguientes:

1. Responder a medidas de distanciamiento social de los trabajadores, empleados por cuenta propia y de los clientes en los establecimientos (de uno a dos metros entre sí).

2. Crear garantía y protocolo de transporte personal y público.

3. Indicar número y duración de turnos en las empresas.

4. Establecer número de clientes y estadía permitida (cafeterías, restaurantes, etc.).

5. Identificar empresas que puedan desarrollar actividades nocturnas y alcanzar el uso mínimo de la capacidad instalada.

Proponer al gobierno, adicionar al personal que actualmente desarrolla actividades sanitarias, de seguridad, etc.  para reabrir turnos en tareas esenciales de apoyo a las empresas y a la ciudadanía, con dos horarios reducidos (hasta 5 horas) durante el mismo día o en días alternos.

Aplicar al personal que se vaya reintegrando a los centros de trabajo el protocolo diario de seguridad que inicia con la toma de su temperatura corporal.

Garantizar protocolo de seguridad y emisión expedita de salvoconductos para participantes en la reactivación económica.

Incrementar, simultáneamente que se reintegra mayor número de empleados y trabajadores a la actividad económica general, el número de pruebas para descartar la posibilidad de infección por el COVID-19.

Evaluar diariamente por la comisión de reintegro, a partir del día 8 de vigencia, el comportamiento epidemiológico de la pandemia, comparado con el número de trabajadores reintegrados para detectar algún tipo de correlación que obligue a revisar la medida de reactivación económica.

Los resultados esperados de la reactivación con base en la fuerza de trabajo asumen que los otros factores de la producción como tierra, capital y capacidad empresarial funcionan sin inconvenientes y comparado con el cierre parcial de la economía vigente, se alcanzarían los objetivos inmediatos siguientes:

1. Incremento de la actividad económica en general. 

2. Aumento del empleo e ingreso por salarios, utilidades, intereses y rentas. 

3. Ampliación de los ingresos públicos.

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