Al cruzar el limite

Por: Pedro Gómez Nieto

Así se titula una película de 1991 protagonizada por Hugh Grant como el doctor Luthan. Trabajando en un hospital de NY descubre que utilizan a vagabundos como cobayas para realizar experimentos buscando una cura contra la tetraplejia. El doctor Myrick, responsable del programa, intenta que Luthan colabore argumentando que esos parias contribuían en buscar un remedio para recuperar a millones de personas condenadas a vivir en una silla de ruedas. El dilema entre el fin digno utilizando medios indeseables.

La narcopelicula de NY confirma que el cáncer de la droga penetró todos los estratos sociales, afectando en cada administración a los poderes del Estado. La bomba de relojería contra el presidente Hernández se la colocaron a su hermano Tony. Con el presidente Lobo utilizaron a su hijo Fabio. En el gobierno de “Mel” el patrón no varió, aunque por la fractura constitucional del 2009 pareciera que la narcoactividad quedó tras un banco de niebla. Tiempo al tiempo, la DEA maneja información sobre su entorno familiar.

En NY quedaron evidenciados los procedimientos delictivos de la DEA, así como la praxis inmoral, maliciosa, e irresponsable de la fiscalía. Los testigos son narcoasesinos, estiércol humano, que juraron decir la verdad a cambio de beneficios pactados. ¿Credibilidad? Sin aportar pruebas de convicción, dijeran lo que dijesen todo eran ganancias. Paul Watzlawick, experto en comunicación, explicaba que solo el 7% de la información está en lo que se dice, la palabra. El 93% restante se encuentra en la paralingüística (aspectos vocales) que utilizamos, y los kinemas de nuestro rostro y cuerpo mientras hablamos, existiendo técnicas para detectar la mentira. A lo más importante no le damos importancia.

En NY nos dieron “atole con el dedo”. La DEA trabaja en suelo hondureño en operaciones clandestinas sin autorización judicial, obteniendo pruebas mediante procedimientos delictivos, que utiliza en su país con un marco legal diferente. Tener fotografías de armas en tu teléfono -que nunca vio la DEA- no es prueba de que sean tuyas. Fotografiarse con un narcotraficante no certifica que lo sepas ni que lo seas, lógica que ahora respalda Nasralla tras aparecer fotografiado con un narco, detenido infraganti en EEUU.

Tomemos como referencia el 2006, siendo presidente Manuel Zelaya. La DEA investigaba a Leonel Rivera, el “Cachiro”, capo-narco-asesino. En 2013, disponiendo de pruebas suficientes para detenerlo no lo hace. Lo coacciona y “dobla” a cambio de protección para su familia y beneficios penitenciarios. Le facilita tecnología encubierta para grabar: video-reloj de pulsera, gorra con cámara activada a distancia, etcétera, enseñándole su funcionamiento. Establece un sistema de enlaces para recibir la información y darle directrices, obligándole a continuar con sus actividades delictivas hasta 2015 mientras obtiene pruebas de sus contactos, induciéndoles a delinquir. Leonel confesó en NY que mientras trabajaba para la DEA mató a tres personas. La DEA cruzó el límite.

No existe peor corrupción que la ideológica porque siempre queda impune. Hemos presenciado el circo del autoengaño colectivo que le permite a Estados Unidos mantener funcionando su doctrinariamente corrupto marco judicial. La fiscalía, maliciosamente, convirtió el juicio a un particular en un asunto político, al calificar a Honduras como: “Estado sofisticado y organizado para distribuir cocaína por años”. Comentario falso, inaudito, injusto, e inadmisible, cuyo objetivo era aumentar la presión psicológica sobre el jurado, induciéndole emocionalmente el sentimiento de que estaba en juego la defensa nacional contra el enemigo que quiere destruirles. Usando el mismo enfoque, podemos responsabilizar a Gringolandia del problema de la narcoactividad que padecemos, porque ellos lideran la demanda mundial. Nación de drogodependientes con 60 millones de consumidores.

La plataforma de políticos fracasados sabe que es su última oportunidad para asaltar el poder sin pasar por las urnas. El honesto exrector, liderando una marcha liliputiense “para sacar a JOH”, explicaba que: “Aquí estamos los liberales con dignidad”. En la dignidad es inherente el respeto a los progenitores, no tiene altura moral para hablar de dignidad.

La DEA y la fiscalía han sido incapaces de sustentar el caso mediante técnicas de infiltración y pruebas de convicción, necesitando recurrir a especulaciones y escoria humana para que declarasen “convenientemente”. Observamos la degradación de una justicia que cruzó el límite, aplicando procedimientos ilegales mientras utilizan a Honduras como su potrera. ¿Y nuestra Dirección Nacional de Inteligencia? “Amigo Sancho, con la iglesia hemos topado”, respondió don Quijote.

“El fin justifica los medios cuando haya algo que justifique el fin”. -León Trotsky-

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