Barcelona – El caso de la artista Pippa Bacca, violada y asesinada cuando hacía autoestop vestida con un simbólico vestido de novia que formaba parte de su ‘performance’, es una de las historias reales que se entretejen en «La novia y el buenas noches cenicienta», la obra que Carolina Bianchi estrena en España.
«Busco un lenguaje que exprese la violencia sexual», ha explicado este miércoles la autora de esta «pesadilla poética», que se podrá ver el 20 y 21 de julio en el Teatre Lliure de Montjuïc, dentro el Grec Festival de Barcelona.
«La novia y buenas noches cenicienta» es el primer montaje que llega a España de esta artista brasileña, que causó conmoción en la última edición del festival de teatro de Aviñón con este duro espectáculo sobre la violación, en el que propia autora e intérprete consume en directo una droga que la deja inconsciente y que en su país se conoce con el nombre de ‘buenas noches cenicienta’.
Esta combinación de fármacos que los agresores utilizan para neutralizar a la víctima es la que le pusieron a la propia autora en la bebida cuando fue violada hace diez años.
Pero Bianchi no ha querido centrarse sólo en su experiencia personal, sino que entrelaza diferentes historias, como la de Pippa Bacca, cuya tragedia recrea en la primera parte del espectáculo, y las de otras mujeres, cuyos relatos se narran en una gran pantalla.
«Hablar es mejor que callarse -ha dicho la artista-. Hay que dejar que la mierda aflore porque es necesario que el conflicto salga al espacio público para que haya movimiento».
«No creo que este espectáculo pueda cambiar nada -ha añadido-, pero colectivizar la experiencia en un teatro puede mover algo».
La autora tampoco pretende que el montaje sea «curativo» ni hay ninguna «tentativa de redención», porque, en su opinión, «la violencia no se supera, desde el momento que la vives, siempre vas a tener que lidiar con ella», por eso le interesan «los creadores que hablan de estrategias para lidiar, autores que están dentro del conflicto», igual que lo está ella.
La dramaturga se siente tan involucrada que considera imprescindible poner su propio cuerpo al servicio de la expresión teatral, aunque sea necesario autolesionarse, tal como hacen otras autoras de renombre, como Angélica Liddell, a la que ha mencionado entre sus referentes.
La obra incluye textos de Blackyva, Renan Marcondes, Nathalie Léger, Saidiya Hartman, Rita Laura Segato y Roberto Bolaño, «un escritor del que admiro su intento de describir la violencia de Latinoamérica, un continente colonizado que lleva la violencia muy dentro».
Como ellos, Bianchi intenta «encontrar palabra, imágenes, un lenguaje que explique algo que no tiene sentido, la violencia».
Para ello, la dramaturga se pasa toda la segunda parte del espectáculo dormida por el efecto de la droga, mientras ocho intérpretes ponen en escena imágenes poéticas que encarnan la violencia «de una manera muy viva», porque «la violencia también puede ser bella, seductora e hipnótica».
«La violencia sexual es un tema que durante mucho tiempo se ha considerado parte de la intimidad y no se ha discutido en el espacio público -ha afirmado la directora-. Creo que el teatro puede acoger esa escucha y discusión».
«La novia y el buenas noches cenicienta» es la primera parte de una trilogía llamada «Cadela força», cuyo objetivo es «abrir la puerta de la comunicación». EFE