Guerrero afirmó que con el traspaso de administración del agua potable, se prestará un mejor servicio ya que hoy el Sanaa, por la gran cantidad de personal supernumerario paga mil 150 millones de lempiras adicionales en el pago de planillas.
“Es dinero que nosotros pagamos al Sanaa, pero que esa institución no invierte por pago de planillas supernumerarias, entonces una de las ganancias, será la mejora de la eficiencia administrativa”, aseveró el funcionario edilicio.
No obstante, uno de los inconvenientes más difíciles que afronta el proceso de traspaso del servicio de abastecimiento de agua potable de la capital, es el pasivo laboral en el Sanaa.
En ese sentido, el subgerente del Sanaa, Edgardo Velásquez, advirtió que hay una serie de compromisos que se deben cumplir para el traspaso y uno de ellos es el pasivo laboral en el caso de ciudades como Tegucigalpa, La Ceiba y El Progreso que son los sistemas más grandes que opera esa institución para lo cual se requieren más de 115 millones de dólares.
“Esa es una situación que está en pleno conocimiento de la secretaría de Finanzas y de algunos organismos internacionales que han venido apoyando esta ley de municipalización del agua”, apuntó Velásquez.
Los estudios indican que debido a la comercialización y consumo de agua en forma clandestina, el Sanaa reporta millonarias pérdidas de acuerdo a la organización Frente por el Agua.
“Necesitamos un sistema más eficiente, buscamos que las decisiones se tomen con la sociedad civil y la comunidad porque es nuestra agua, es el agua de los capitalinos y debe ser manejada por los capitalinos junto con su alcalde”, expresó Guerrero.