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Francia reabre la frontera británica pero impone un control sanitario

París – Superado el plazo de 48 horas del cierre de la frontera con el Reino Unido, Francia anunció este martes la reapertura del tráfico con ese país esta medianoche, aunque con un estricto control sanitario que obligará a llevar un test negativo de coronavirus.

Las intensas negociaciones entre París y Londres permitieron desbloquear la situación, que mantenía a miles de camiones atascados a ambos lados del Canal de la Mancha y que había empezado a encender las alarmas de desabastecimiento en el Reino Unido.

Poco más de cuatro horas antes de que expirara el plazo de 48 horas dado el domingo por la nueva cepa de coronavirus detectada en territorio británico y después de que Bruselas se pronunciara en favor de reabrir esa frontera, la mayor que tiene el Reino Unido con Europa, el Gobierno galo estableció las reglas, que pasan por imponer test obligatorios.

Estos tendrán que efectuarse como máximo 72 horas antes de la salida del territorio británico pero, además de los test PCR, Francia cedió a la petición británica de permitir también las pruebas de antígenos, cuyos resultados son menos fiables pero se conocen de forma casi inmediata.

Francia valida el test de antígenos

El Ejecutivo francés especificó que esos test de antígenos deberán servir para detectar la nueva variante de la COVID-19 detectada en ciertas regiones del Reino Unido y cuya aparición motivó el cierre de fronteras el pasado domingo, tanto por parte de Francia como de otros países europeos.

Francia señaló que la apertura de fronteras se restringe a franceses y ciudadanos europeos, británicos o de países terceros que tengan la residencia fijada en la Unión Europea y cualquier otra persona que «deba efectuar desplazamientos indispensables».

Entre estos últimos detalla a todo el personal relacionado con el transporte de personas y mercancías, incluidos los camioneros, que en torno a 6.000 al día cruzan diariamente el Canal de la Mancha por vía marítima o ferroviaria.

También se permitirá el paso de personas en tránsito que permanezcan menos de 24 horas en zona internacional de los aeropuertos, así como a estudiantes.

Este nuevo dispositivo estará vigente, al menos, hasta el 6 de enero próximo, aunque puede ser objeto de una revisión bilateral o europea si las condiciones sanitarias lo exigen.

Fin al estrangulamiento

Con esta medida se pone fin al estrangulamiento que sufría el Reino Unido desde que el pasado domingo varios países europeos anunciaran el cierre de sus fronteras, después de que Londres diera a conocer que una nueva cepa, más contagiosa del coronavirus, circulaba por su territorio.

La situación era especialmente sensible en los puertos de Dover, en el lado británico, y Calais, en el francés, el principal cordón de abastecimiento de mercancías al Reino Unido y salida de sus exportaciones.

En el lado francés, tanto en el puerto de Calais como en la entrada al túnel ferroviario bajo el Canal de la Mancha, la situación era más tranquila porque la incertidumbre sobre las condiciones del regreso llevó a muchas empresas a no enviar a sus transportistas al Reino Unido, según precisó a EFE el delegado regional de la federación de transportistas, Sébastian Ribera.

Sin embargo, la falta de suministros de componentes obligó al fabricante de automóviles japonés Toyota a anunciar el cierre temporal de su fábrica de Onnaing (junto a la frontera belga) y de otras dos plantas en suelo británico.

Además, el cierre de las fronteras con el Reino Unido estaba causando escasez en Francia de ciertos tipos de pescados y mariscos, según lamentó hoy Bernard Benassy, responsable de una asociación de mayoristas del sector, a BFMTV.

La situación «es catastrófica» ya que se trata de «productos específicos de Navidad» y diciembre «supone el 20 por ciento del volumen de negocios de pescaderías y distribuidores», añadió.

Además, decenas de miles de franceses residentes en suelo británico estaban pendientes de poder volver a su país por la Navidad.

Por toda esta trascendencia económica y social, la decisión de Francia era especialmente esperada y fue de un signo diferente a la adoptada por Alemania, que anunció que mantiene cerrada la frontera.

París siguió la recomendación de Bruselas, favorable a reabrir el flujo de ciudadanos y mercancías. La imposición de los controles sanitarios, que vigilarán tanto el personal de los transportes como los servicios aduaneros, fue la solución encontrada buscar la seguridad sanitaria en el nuevo contexto.

En las últimas 48 horas, París y Londres han multiplicado los contactos, incluso con llamadas entre el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Boris Johnson, en un «constructivo» intercambio bilateral, según el Gobierno galo.

Falta ahora establecer las modalidades específicas para que el tránsito de camiones y mercancías pueda retomarse, algo que París anunciará «en las próximas horas». (ag)

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