¿Qué podemos esperar de la COP 21?

Por: Julio Raudales
Tegucigalpa.- En París, la Ciudad Luz, pero también la mártir de los últimos días, se está llevando a cabo la denominada “Cumbre del Clima”, entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre.
 

En este encuentro los representantes de 195 países tratarán de cerrar el primer acuerdo global para intentar frenar el Cambio Climático. Allá están también el Presidente y las autoridades hondureñas.
Se habla mucho de eso en estos días, y tengo la impresión de que a veces corremos el riesgo de que cada quien tenga su propio concepto, lo cual nos lleva irremisiblemente a la confusión y sobre todo a la profusión de debates bizantinos. ¿Qué es esto que se ha dado a llamar Cambio Climático?
Bueno es un fenómeno global que se produce debido a que los llamados gases de efecto invernadero,  principalmente el dióxido de carbono (CO2), se acumulan en la atmósfera e impiden que las radiaciones infrarrojas que emite el planeta al calentarse salgan al espacio. Esto hace que la temperatura global suba.
Estos gases siempre han estado presentes en la atmósfera. El problema es que las actividades humanas han contribuido a romper el equilibrio existente. La industria, el transporte y el uso del suelo han aumentado la concentración de estos gases.
Los científicos de la ONU señalaban que si el ser humano continúa con el ritmo de emisión de gases sin tomar medidas de mitigación, la temperatura media global subirá entre 3.7 y 4.8 grados en 2100 respecto al nivel preindustrial. Además del aumento de la temperatura y del nivel del mar, los científicos sostienen que también afectará a los fenómenos climáticos extremos, como inundaciones, sequías y ciclones.
En esta Vigésimo Primera Conferencia de las Partes (COP21), los países firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), tratarán de cumplir con objetivos sostenibles en cuanto al cuidado del ambiente, pero esta vez intentarán hacerlo con medidas concretas.
Ya el Protocolo de Kioto de 1997, fijaba metas concretas de reducción de gases que deberían acometer los países desarrollados. Pero, finalmente, solo vinculó a 37 estados, de los que 28 pertenecen a la Unión Europea, y que representan el 12% de las emisiones globales. Fuera se quedaron las principales potencias emisoras: China, al no estar dentro del grupo de países desarrollados, y EE UU, que no ratificó el protocolo. Kioto entró en vigor en 2005 y tras diez años de aplicación, ha conseguido una reducción del 22% de las emisiones en los 37 países firmantes, muy por encima del 5% fijado como meta. Pero al no estar las principales potencias, las emisiones globales han seguido creciendo. Entre 2000 y 2010, por ejemplo, se incrementaron un 24%.
En París se discute un protocolo que sustituya al de Kioto y que se empezaría a aplicar a partir de 2020. En este caso, la intención es que los 195 firmantes lleven a cabo políticas de mitigación, es decir, reducciones de emisiones. Además, se espera que se fije como objetivo que, a final de siglo, la temperatura global no supere los dos grados, aunque los estados más expuestos (como los isleños) quieren bajar esa meta a 1.5 grados.
El tratado no impondrá metas individuales de reducción de CO2. Para intentar no repetir Kioto, con un alcance muy limitado, se ha optado por otra fórmula: que cada país voluntariamente presente compromisos de reducción de emisiones, tanto los desarrollados como los que no lo son. A unos días del inicio de la cumbre, más de 170 lo han hecho. Entre ellos figuran todas las principales potencias económicas del mundo.
Además de mitigación, en la cumbre también se discuten políticas de adaptación, es decir, medidas para que los países más vulnerables puedan prepararse para el cambio climático. Para ello, está prevista la creación del llamado Fondo Verde para el Clima, que a partir de 2020 cuente con 100.000 millones de dólares anuales. ¿Quién debe aportar? Esta puede ser otra de las dificultades en París. En teoría, solo los países considerados desarrollados. Pero fuera de esa categoría se quedarían potencias como China.
Es complicado aventurarse a predecir si habrá acuerdo en esta reunión. En 2009, con la cumbre de Copenhague, se levantaron expectativas parecidas a las de París y se fracasó. En esta ocasión, al margen de que las señales del Cambio Climático se han acentuado, parece haber una implicación mayor de las principales potencias, del G20 en general y de China,  EE UU y Alemania en particular. Los líderes de estos tres países han situado el Cambio Climático en su agenda durante el último año.
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