De recolectar latas de aluminio a estudiante de astrofísica

Por: Marlon Escoto Valerio

César Edgardo Andino Lara nació en 1997 en un humilde barrio del Municipio de Catacamas en el Departamento de Olancho.

Vive con su abuela en una humilde casa que aún no cuenta con energía eléctrica. Piedad Irías es su abuela y ha hecho de madre en los últimos años. Su padre murió y su madre lo abandonó a temprana edad.

En la televisión de los vecinos César Edgardo descubrió su pasión por los programas de Nat Geo (National Geografic) relacionados con la Física y más concretamente con la Astrofísica. Su exposición a estas áreas de la ciencia despertó el interés de estudiar una carrera universitaria relacionada. El tiempo ha transcurrido y César tiene cerca la oportunidad de hacer realidad su sueño.

De niño asistió a la Escuela Héctor Jiménez Cardona localizada en un barrio vecino al de su residencia. Caminaba entre las calles polvorientas en verano y fangosas durante el invierno con la idea fija de avanzar en sus estudios para alcanzar su meta. Pasado el tiempo ingresó al Instituto Nocturno Miguel Rafael Madrid en Catacamas.

En el centro de educación media, César encontró apoyo entre los profesores y compañeros. Rápidamente puso a prueba sus habilidades en las matemáticas y las ciencias ganándose el respeto de todos. Durante el tiempo libre compartió con sus compañeros sus conocimientos, ayudando a comprender mejor el fascinante mundo de las ciencias.

Al no tener más soporte que su abuela, César Edgardo encontró un actividad que le generó dinero durante los años que asistió al centro educativo, recolectó latas de aluminio las cuales vendía posteriormente. En el recreo sus compañeros guardaban las latas de los refrescos y las donaban a la causa.

En una visita al centro educativo Miguel Rafael Madrid conocí a César Edgardo. Un joven humilde sencillo, de excelencia académica que logró comentarme su pasión por las ciencias y su sueño de asistir a la Universidad para estudias Astrofísica y Astronomía. Pude ver el entusiasmo y la convicción de luchar por su anhelo.

Una de las profesoras que acompañaba a César comentó la forma de sobrevivir del iluminado estudiante. Convenimos en apoyar al joven soñador en su afán por alcanzar las estrellas. Al pasar de los meses supe que había realizado la prueba de ingreso a la UNAH obteniendo 986 puntos, suficientes para aspirar a la carrera propuesta.

A finales de 2015 asistí a la graduación del colegio de César. El Señor Alcalde de la Ciudad de Catacamas le acompañó como padrino de graduación. La ceremonia de graduación generó un espacio para reconocer el éxito del joven de barrio adentro que le apunta al firmamento. Un video grabado por su profesora tutora hizo vibrar a los presentes. En el mismo, ella le expresaba todo su aprecio y le deseaba el mejor de los éxitos. Ese día conocí a Doña Piedad, su abuela dedicada a lavar ropa ajena para llevar el sustento a su casa. El señor Alcalde de la ciudad prometió instalarle la energía eléctrica, tan necesaria para que su nieto siga viendo los documentales de Nat Geo.

César Edgardo ha iniciado a cumplir su sueño. Se matriculó en las clases generales en la regional de la UNAH en Olancho. El próximo periodo se trasladará a Tegucigalpa. La Secretaría de Educación le contratará a medio tiempo, mientras encuentra una beca completa que le permita dedicarse a tiempo completo a sus estudios. Estoy convencido que no tendrá ningún inconveniente para cursar la Licenciatura en Astrofísica y Astronomía tal como lo ha esperado.

Está claro que en educación no hay límites. Un sueño que nació de ver la televisión en casa de los vecinos por no tener energía eléctrica empieza a tener forma, y con el ímpetu de César Edgardo en los próximos años tendremos la oportunidad de ser sorprendidos por aquel niño que de recolectar latas de aluminio pasó a conquistar el firmamento.

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