Por: H. Roberto Herrera Cáceres
Comisionado Nacional de los Derechos Humanos
El reconocimiento de los derechos políticos de la mujer hondureña se realizó por medio del Decreto Presidencial No.29 de 25 de enero del año 1955. Año trascendental en el empuje para la lucha constante por el goce integral de la dignidad de la mujer y de su papel en el Estado y en la sociedad.
Las mujeres representan más de la mitad de la población hondureña y constituyen un importante sector para impulsar el bienestar de las familias y el desarrollo nacional, para lo cual, en su gran mayoría, deben tener acceso amplio y equitativo en la vida política, social y económica de la Nación.
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH), implementa, desde el 2014, el Plan de Acción: “Vanguardia de la Dignidad Humana” que, entre sus objetivos principales e interrelacionados, tiene el de promover, con la participación activa de las mujeres, una cultura democrática de prevención, promoción, respeto y defensa de los derechos humanos, especialmente de los sectores y grupos más vulnerados, para asegurar su auto y entre ayuda y movilización social, con el resto de la comunidad y gobierno municipal, en lo conducente hacia el desarrollo sostenible local.
En esta dinámica innovadora, la Defensoría Nacional de la Mujer (con otras defensorías nacionales específicas de los diversos grupos o sectores vulnerados y las oficinas regionales y departamentales del CONADEH: motiva, capacita, facilita y garantiza el trabajo coordinado para que las autoridades, líderes locales y habitantes de las comunidades afiancen una cultura de respeto de los derechos de las mujeres y las familias, la asuman como propia y participen todos, activa y solidariamente, en el desarrollo sostenible local y nacional.
Mujeres: niñas, adolescentes, jóvenes, adultas mayores, a todas, sin discriminación, el CONADEH las saluda y acompaña en sus reivindicaciones y logro de justicia social, como asunto de interés nacional en la ruta de la dignidad y del desarrollo sostenible nacional.
Nuestro más profundo reconocimiento y muestras de admiración a todas las mujeres y nuestra solidaridad constante con todas las organizaciones no gubernamentales y el Instituto Nacional de la Mujer, que contribuyen también con ellas, en su lucha por la vivencia diaria de sus derechos humanos y, con ello, por una Honduras más equitativa y justa para todas y todos.
