Kigali – La Policía de Ruanda detuvo hoy a seis clérigos que supuestamente planeaban sabotear el cierre dictado por el Gobierno de más de 700 iglesias en la capital, Kigali, que no cumplían las condiciones de mínimas de seguridad e higiene.
Los seis pastores evangélicos, que están bajo custodia policial, formarían parte de un grupo de líderes religiosos que estarían tramando planes para atacar el cierre de las iglesias.
Se les imputan cargos de reunión ilegal y de participación en actos de rebelión contra el Gobierno de Ruanda.
«Después de que varios líderes de las iglesias clausuradas hayan formado grupos y celebrado reuniones ilegales para obstaculizar el cierre, la Policía ha comenzado una investigación y ha identificado a los sujetos que han cometido el delito de incitar al resto», explicó la Policía en un comunicado.
El Gobierno de Ruanda ordenó hace tres semanas el cierre de más de 700 iglesias en Kigali que no tenían agua ni servicios, funcionaban en pequeñas tiendas o no disponían de autorización legal para operar, y la medida se ha extendido a otras zonas del país.
El presidente ruandés, Paul Kagame, dijo hace unos días que las iglesias en la capital estaban creciendo como setas de una forma «desordenada» e «improductiva» para la sociedad ruandesa.
«¿Qué tiene de productivo tener 700 iglesias en Kigali? ¿Acaso son industrias? (…) ¿Acaso ofrecen agua a la población o son tiendas o fábricas?», se preguntó Kagame.
Muchos ciudadanos de Kigali consideran esta medida demasiado dura y una violación a su libertad de culto, y critican que el Gobierno debería haber dado más tiempo para arreglar la situación y que miles de cristianos no tienen ahora dónde acudir a rezar.
La ciudad de Kigali, en su lucha por convertirse en la más limpia de África, ha fijado unos estándares de limpieza y seguridad muy altos, que muchas iglesias no reúnen, por lo que es poco probable que algunas vuelvan a abrir.
