Políticas inclusivas, la receta de un experto para alejar del delito a jóvenes migrantes

Barcelona – El catedrático de Derecho Penal y Criminología de la Universidad de Granada (España) Miguel Ángel Cano apuesta porque España adopte políticas sociales que eviten los errores cometidos por países como Francia o Alemania y garanticen la inclusión de los jóvenes de origen migrante, de forma que no se vean abocados a la criminalidad.

En una entrevista con EFE, este experto en justicia juvenil advierte de que la falta de políticas de inclusión de colectivos migrantes generaron problemas en países como Alemania, Francia, Bélgica u Holanda, donde «las segundas y terceras generaciones están peor integradas que sus padres y sus abuelos».

Cano calificó de «equivocación» el tipo de políticas llevadas a cabo por Francia, que plantean «una asimilación de la población musulmana para que olviden sus tradiciones y costumbres y se integren», sin tener en cuenta las diferencias culturales de sociedades como la argelina o la marroquí.

Además, el catedrático subrayó que los franceses apostaron «por la segregación espacial de estas comunidades, y de allí viene el concepto de ‘banlieue'», en los que está «está concentrada la población musulmana e inmigrante».

En cuanto al modelo alemán, Cano manifestó que el error no fue la segregación espacial, porque «los barrios periféricos como tales no existen», sino que «las políticas llevadas a cabo no han sido integradoras», lo que hace difícil ascender socialmente «cuando el color de piel es distinto».

«El hecho de proceder de un determinado país, de tener una determinada cultura y de tener un determinado nivel socioeconómico ha hecho que personas de estos colectivos que han intentado la integración no lo hayan conseguido», manifiesta.

No obstante, recordó que «junto a una población autóctona dispuesta a integrar» a la población migrante, también tiene que haber una población extranjera dispuesta a integrarse, lo que significa «no olvidar su cultura pero asumir los valores y costumbres de su sociedad de acogida».

«No quiero ser pesimista, pero mi impresión es que como no veamos lo que está sucediendo en otros países con una tradición más larga en tema de integración y de población inmigrante, en España nos podemos encontrar con problemas semejantes», añadió.

El experto recordó que España cuenta ahora con una segunda generación de inmigrantes que «está alcanzando la mayoría de edad», y citó al ex primer ministro francés Manuel Valls: «No podemos consentir que los nietos que llegaron en los 60 estén peor integrados que sus abuelos».

Cano detalló que la primera generación de inmigrantes fueron a países europeos a trabajar, y encontraron empleo, «por lo que no estaban en el paro» ni «perdiendo el tiempo en la calle con oportunidades para delinquir», a lo que se sumaba el riesgo de ser repatriados a sus países de origen de cometer alguna infracción penal.

Una situación que, indicó, no se da en las segundas y terceras generaciones porque «muchos están sin empleo, no pueden trabajar», de manera que «pasan más tiempo en la calle», sin temor a ser expulsados porque tienen pasaporte del país de nacimiento: «Karim Benzema es francés, Zidane es francés».

Además, señaló que las aspiraciones de las segundas y terceras generaciones «son más ambiciosas», porque son nacidos en países como Alemania y Francia y tienen otras expectativas laborales, aunque se topan con los problemas de ascenso social derivados del fracaso de las políticas de inclusión.EFE

(vc)

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