Más de un siglo de fotografía presenta a Sudamérica entre diva y documental en Francia

Toulouse (Francia) – La mirada a través de las lentes de más de 80 artistas en el periodo que abarca de 1910 a 2023 es el pretexto con el que una exposición presenta en Francia el carácter de una Sudamérica entre diva y documental.

Bajo el título ‘Los paraísos latinos: Estrellas sudamericanas’, esta muestra recorre el desarrollo de la fotografía como técnica y como medio con especial énfasis sobre “la visión de uno mismo, la percepción de uno mismo por los demás, la puesta en escena de uno mismo”, detalló a EFE la directora de la Fundación Bemberg, Ana Debenedetti.

Para llevar a cabo esa instrospección se sirve de más de 200 obras provenientes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, México, Perú y Venezuela, que podrán visitarse en el museo del Hôtel d’Assezat de Toulouse (sudeste de Francia) hasta el 3 de noviembre.

El nexo común entre todas ellas es “la idea del glamur, de la diva, de fotos que están más en el espíritu de la alegría y no necesariamente en el lado a veces muy documental”, matiza Debenedetti.

Pero esa idea, que se expresa fundamentalmente a través de la representación del cuerpo humano, no solo se hace eco de celebridades de época, sino que también tiene en cuenta a personajes históricos, religiosos y personas anónimas, todas ellas entremezcladas bajo el paraguas de una cultura común.

Desde el mundo del espectáculo, capturado por el fotógrafo mexicano Armando Herrera, hasta en bailes como el tango, a los que la chilena Leonora Vicuña da vida con su cámara, la muestra también pone de relieve la mirada patriarcal a través de la vestimenta, el maquillaje o los posados; la realidad de algunas minorías y las corrientes artísticas que marcaron al continente.

Ese aspecto más social lo evidencian las instantáneas con desnudos ‘Nahui Olin’ (pseudónimo de Carmen Mondragón), de Antonio Garduño, la treintena de retratos de mujeres semidesnudas destinados a decorar paquetes de cigarrillos, de un cubano anónimo, o la composición visual ‘Cuaderno 2’, de la colombiana Ever Astudillo, quien exhibe el culto al cuerpo y la moda en ambientes urbanos.

Se impregna también sobre la obra de la peruana Flavia Gandolfo, donde el transformismo es el protagonista a finales de los años 60, y de la mexicana Graciela Turbide con ‘Magnolia con sombrero’, donde retrata a un ‘muxe’, lo que en México se considera el tercer género y que apela a un hombre falto de masculinidad.

“Hay de todo, hay trabajos sobre el género, el género femenino, el género masculino y el equilibrio de poder que existe en estas sociedades, que son principalmente patriarcales”, afirma Debenedetti.

La fotografía fue el medio para canalizarlo y, sobre todo, como destaca la directora de esta institución, “una salida para denunciar situaciones” que de otra manera no podría hacerse.

Se nutrió de otras corrientes artísticas, como el surrealismo que envuelve el ‘Autorretrato’ de Greta Stern, y utilizó técnicas como el collage en el ‘Poema Visual’ de Pedro Juan Gutiérrez, o el juego de luces en los revelados de ‘Zona 3’ del ecuatoriano Pepe Avilés, que solo pueden visualizarse si están iluminados desde la parte trasera.

Esa fragmentación, explica Debenedetti, se debe a que se recoge un amplio espectro de la cultura en el que calan las influencias de la historia del arte occidental, “en particular el surrealismo”, pero también “huellas de Botticelli, del Renacimiento italiano, con una cultura muy arraigada propia del continente sudamericano”.

En ese sentido, analiza, “esta hibridación se está produciendo en países que a menudo se han enfrentado a dictaduras”, lo que les ha reprimido y obligado a crear una voz “con una cierta escasez de recursos”.

Esta exposición temporal está comisariada por Alexis Fabry y proviene de fondos de la colección privada de Leticia y Stanislas Poniatowski. EFE

(vc)

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