Tiflis – Salomé Zurabishvili fue investida hoy como presidenta de Georgia en medio de protestas de la oposición que rechaza el resultado de las elecciones del pasado 28 de noviembre y acusa a las autoridades de falsificarlo en favor de su candidata.
Con una mano en la Carta Magna y vestida con los colores de la bandera georgiana, la nueva presidenta juró «ante Dios y ante el pueblo defender la Constitución, la independencia y la unidad del país».
Asimismo, prometió ser «la presidenta de todos» los georgianos, independientemente de si la han votado o no.
La investidura de Zurabishvili, antigua ministra de Exteriores georgiana y primera mujer en ocupar la jefatura del Estado en Georgia, tuvo lugar en la pequeña localidad de Telavi, a 100 kilómetros al este de Tiflis.
Asistieron al acto delegados de más de 50 países, entre ellos el presidente armenio, Armen Sarkisián, y el expresidente francés, Nikolás Sarkozy.
La ceremonia estuvo marcada por protestas de la oposición que se congregó en el centro de Telavi pese a la prohibición policial.
Centenares de personas lograron burlar los cordones de seguridad y se manifestaron a pocos metros del palacio del rey Heraclio II, donde Zurabishvili juró el cargo.
Mientras, una caravana opositora quedó bloqueda por las fuerzas del orden en la carretera Tiflis-Telavi.
A lo largo de la jornada de hoy la oposición prevé celebrar más acciones de protesta en diversas ciudades de Georgia.
Zurabishvili, de 66 años, ganó las elecciones presidenciales en Georgia al imponerse, con 59,5 % de los votos, al político opositor, Grigol Vashadze (con el 40,5 % de los apoyos), en la segunda vuelta de los comicios celebrados el 28 de noviembre.
Pese a presentarse como candidata independiente a las elecciones, fue apoyada por el gobernante Sueño Georgiano, al que la oposición acusa de conductas fraudulentas para beneficiar a la política.
