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WikiLeaks: Brasil pidió endurecer políticas contra Micheletti, sin inclinarse a hacer mártir a Zelaya

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Tegucigalpa – Pese a que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quiso hacer del ex presidente hondureño Manuel Zelaya “un mártir”, Brasil consideró que “sólo Estados Unidas podía influir sobre el destino del país centroamericano y que por lo tanto debía ser consultado», según expresiones de su Ministro de Asuntos Exteriores, Celso Amorim, de acuerdo a las publicaciones secretas del Departamento de Estado de los Estados Unidos, divulgados por WikiLeaks.
 

Según el informe, Amorim describió las acciones del Gobierno de los Estados Unidos contra la administración de Roberto Micheletti como «arañazos superficiales” que no fueron lo suficientemente profundos como para hacer daño.


Un cable confidencial, originado en la embajada de Brasilia, recoge detalles de la visita, en Septiembre de 2009, a la capital brasileña del entonces asesor de seguridad nacional de Estados Unidos para la administración Obama.


El reporte secreto también recoge las opiniones del principal asesor del presidente Lula en materia de política exterior, Marco Aurelio García, de quien se acopian opiniones que alientan al gobierno de Estados Unidos a aplicar mayor presión sobre el gobierno de Micheletti para que Zelaya fuera devuelto al poder rápidamente y sugerir la revocación de más visas. García subraya, según la publicación, que Zelaya «no es un revolucionario peligroso», y que devolverlo al poder para llevar a cabo las elecciones «no llevaría a cambios significativos”.


Durante la crisis política que sacudió Honduras a partir del 28 de junio de 2009, cuando el ex presidente Manuel Zelaya quedó fuera del poder, Brasil también jugó un papel cuyas aristas son recogidas en algunos de los cables confidenciales divulgados por WikiLeaks. El estrato de lo referente a Honduras es ofrecido en una traducción libre a los lectores de Proceso Digital:


09BRASILIA1113


Cable Confidencial.

Origen: Embajada de Brasilia

Fecha: 2009-09-04

Asunto: Visita del 4 y 5 de Agosto de Asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos a Brasil


1. Resumen: En una visita del 4 y 5 de Agosto a Brasilia dominada por las preocupaciones de Brasil en torno a las intenciones y las implicaciones regionales de la ampliación del acceso de EE.UU. a las bases militares colombianas, el asesor de Seguridad Nacional, General James L. Jones aseguró a altos funcionarios del Gobierno de Brasil que el presidente Obama desea una relación transparente con Brasil y quiere expandir nuestra cooperación bilateral. El Gobierno de Brasil alienta a un mayor diálogo con EE.UU., a un mayor involucramiento con Venezuela, Bolivia y Cuba, y a una acción más contundente de EE.UU. contra el gobierno de facto en Honduras. En los debates sobre el proceso de paz en Oriente Medio, Irán, y la no proliferación, el general Jones aclaró a los funcionarios brasileños que el papel internacional cada vez mayor de Brasil implica también una mayor responsabilidad. Los Funcionarios del Gobierno de Brasil describen un Brasil que está buscando la manera de ampliar su alcance económico mundial: listo para convertirse en un acreedor del FMI, para firmar un acuerdo de comercio mundial, para participar en cooperación bilateral y regional en materia de energía, y para hacer frente a las difíciles cuestiones que rodean el cambio climático. Aunque el tema de las bases militares en Colombia provoca el resurgimiento de preocupaciones sobre los problemas de seguridad a largo plazo, los funcionarios de gobierno de Brasil alabaron el enfoque inicial de la nueva Administración hacia América Latina y expresaron su interés en la búsqueda de nuevos formas de cooperación. Fin de resumen.


8. (C) En lo que respecta a Honduras, Amorim dijo que Chávez había querido hacer del presidente Zelaya «un mártir», pero que el Gobierno de Brasil lo convenció de que «sólo los Estados Unidos puede influir sobre lo que sucede en Honduras » y necesitaba ser consultado. Amorim dijo que había rechazó a la petición del Secretario General de la OEA Insulza de participar en un grupo de ministros de Asuntos Exteriores, diciendo que las perspectivas se habían «deslizado» desde que la iniciativa de Arias había comenzado. En su opinión, la posibilidad de que el gobierno de facto de rechazar otra iniciativa mas lo hacía demasiado arriesgado. Amorim describió las acciones del Gobierno de los Estados Unidos contra el gobierno de facto como «arañazos superficiales «que no fueron lo suficientemente profundos como para hacer daño. Las concesiones a Micheletti habían sido ya suficientes, dijo. Los Estados Unidos tienen que decirle de manera clara que debe permitir el retorno de Zelaya. La situación en Honduras necesita una solución que sea «tanto rápida como pacífica», dijo Amorim, aunque reconoció la dificultad de lograr ambas cosas. Por su parte, García señaló que el Presidente Zelaya iría a Brasil en breve, y alentó al Gobierno de Estados Unidos a aplicar mayor presión sobre el gobierno de facto para que Zelaya sea devuelto al poder rápidamente *; sugirió la revocación de más visas. García subrayó que Zelaya «no es un revolucionario peligroso», y que devolverlo al poder para llevar a cabo las elecciones «no va a llevar a cambios significativos «, y que al gobierno de facto no se le puede permitir convocar elecciones.


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