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Víctimas mortales suben a 174 en Leh, única zona cachemir que recibía turismo

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Nueva Delhi- Mientras los turistas abandonan la región, los equipos indios de rescate continuaron hoy socorriendo a la población de Leh, arrasada por el fango tras unas lluvias torrenciales que han dejado 174 muertos y destruido el único enclave cachemir que recibía turismo regular.
 

Cinco turistas europeos -una española, tres franceses y un italiano- se encuentran entre las víctimas extranjeras confirmadas, dijo a Efe el inspector general de la Policía del estado septentrional indio de Cachemira, Farooq Ahmad.

Ahmad informó también de un rumano y un danés «desaparecidos» en la avalancha, en la que la inmensa mayoría de las 174 víctimas mortales han sido entre la población india, con la excepción de los cinco europeos, un tibetano y 16 nepalíes.

El origen de la tragedia fueron unas lluvias torrenciales que cayeron en la noche del día 5 al 6 en la población de Choglamsar y que precipitaron una avalancha de lodo sobre la ciudad de Leh y una docena de pueblos de sus alrededores.

La zona es muy popular por sus monasterios y sus rutas de «trekking» y acampada y está ubicada en la «Cachemira budista», alejada de las convulsiones políticas que estas semanas han vuelto a levantar el Valle de Cachemira, de mayoría musulmana, y que en ocasiones alcanzan a la zona sur hindú de Jammu.

Con el Ejército a la cabeza -la zona está muy militarizada-, los equipos de rescate se afanan por hallar a las 200 personas que, según Ahmad, siguen desaparecidas así como por evacuar a los heridos que lo necesitan y llevar asistencia a los miles de pobladores afectados por la catástrofe.

En un comunicado, las Fuerzas Aéreas informaron de 28 salidas hoy hacia Leh de sus mayores aviones de carga con 70 toneladas de ayuda, incluyendo material para arreglar las comunicaciones telefónicas rotas, puentes desplegables, bulldozers, comida, material sanitario, mantas, colchones y tiendas.

Además, aparatos de las Fuerzas Aéreas evacuaron hoy de Leh a 24 civiles y 49 miembros de las fuerzas de seguridad heridos a sendos hospitales en las localidades cachemires de Jammu y Udhampur, dijo a la agencia PTI el capitán P.M. Vithalkar.

También fueron evacuados heridos cachemires en los distintos vuelos comerciales que sacaron a los turistas atrapados en el enclave, ocho de los cuales llegaron hoy a Delhi.

Las autoridades indias, que han abierto un enlace en Internet para informar de las víctimas, tienen contabilizados a 84 turistas occidentales fuera de la ciudad de Leh, que han encontrado refugio en bases militares de la zona, entre ellos dos chilenas.

Leh y todo el distrito de Ladakh tardará en reponerse de la tragedia: según dijo a PTI el presidente del Consejo de Desarrollo distrital, Chering Dorjay, sólo el 20 por ciento del enclave «está intacto».

«El 40 por ciento de nuestra infraestructura, que incluye canales de irrigación, carreteras y puentes, ha quedado destruida. Otro 40 por ciento ha quedado parcialmente dañada», aseveró la fuente, quien calculó que harán falta dos años para reconstruir Leh.

Miles de personas se han quedado sin hogar y la cosecha en marcha se verá afectada porque los canales están anegados de fango.

El destrozo alcanzó al hospital civil de Leh, cuyos pacientes tuvieron que ser trasladados al centro médico militar de la ciudad, donde el único cirujano y su anestesista recibieron la providencial ayuda de un grupo de siete doctores indios que hacía turismo en la zona.

«Los pacientes que traían de las áreas devastadas tenían brazos, piernas o la columna rotas. Muchos se quedaron ciegos por el lodo en los ojos», relató a PTI el general indio Harinder Singh, que dijo que el hospital de Leh ha efectuado un total de 64 cirugías, 22 de ellas de envergadura.

Las autoridades cifraron en más de 400 los heridos que han requerido asistencia médica.

«En ningún momento sufrimos lo que está sufriendo la gente de allí», dijo a Efe el español Diego Martínez, que al llegar a Delhi junto a otros turistas que hoy dejaron Leh describió un panorama de desolación en el enclave, con «bastantes muertos, casas destrozadas y coches empotrados».

La tragedia motivó sólo hoy una declaración oficial de «pena» por parte del primer ministro, Manmohan Singh, que la expresó también por los civiles que han muerto estas semanas por disparos de la Policía en las protestas en la parte musulmana del estado y pidió «dar una oportunidad» a la paz en el Valle.

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