Omar Mejía, jefe de la Unidad de Niños Quemados, sostuvo que los menores atendidos ascendieron a 33 en diciembre y 305 en todo el año 2010, con un gasto de 105 mil lempiras a la semana, lo que suma un promedio de 64 millones gastados en dicha atención.
Por ello, Mejía hizo un llamado a los padres de familia para que cuiden a sus hijos, «que estén lejos del fogón, de la sopa, del café hirviendo y que en fechas festivas no quemen pólvora».
Según el médico, en «un país que tiene bastantes limitaciones económicas no se debe permitir que los niños se continúen quemando».