Choluteca – La pandemia del coronavirus no da tregua en la zona sur de Honduras donde sigue cobrando la vida de muchos hondureños y prueba de ello es que unos 12 pastores evangélicos han fallecido a consecuencia del COVID-19.
Así lo informó el también pastor José Luis Canales, quien pidió a los miembros de las iglesias que cuiden a sus pastores y no sigan exigiendo los cultos presenciales.
Indicó que ha habido reuniones con mucha concentración de personas muchas de las cuales andan con los síntomas de la enfermedad y no han sido responsables y han propagado el virus que ha afectado a otros miembros de la iglesia incluidos los pastores.
“Hay un límite de vida para todos los seres humanos, pero muchos adelantamos nuestro fin de existencia y gente muere por el alcohol, por las drogas, por la prostitución, se suicidan o no guardan los límites de seguridad y nosotros los pastores nos tenemos que cuidar, porque somos personas que estamos en primera línea, porque si se muere alguien tenemos que estar, si se enferma alguien tenemos que estar”, reflexionó.
Añadió que los pastores igualmente tienen que cuidarse, hacer ejercicio, comer sano, ya que la mayor parte de los guías espirituales que han fallecido son mayores de 60 años.
“Como pastores que somos, yo le pido a nuestras ovejas que ahorita no nos presionen para reunirnos, estamos usando los medios, no nos hagan sentir mal, yo en mi congregación tengo muchas familias con COVID, algunos ya lo superaron, ya perdimos un miembro de la iglesia, yo les digo cuídenme porque yo me he dado a ustedes toda una vida, pero ahorita no me condenen si no estoy ahí, les llevo alimentos y se los pongo enfrente de su casa”, comentó.
Según las más recientes estadísticas del Sistema Nacional de Emergencias (Sinager), Choluteca acumula un total de mil 275 casos confirmados con 118 personas fallecidas.
No obstante, una noticia positiva es que ayer lunes en el Hospital General del Sur de Choluteca, se le dio el alta a cinco pacientes de COVID-19 que lograron vencer la enfermedad y lo sorprendente es que todos son adultos mayores.
En medio de la algarabía esas personas dieron gracias a Dios y al cuerpo médico que los atendió, incluso uno de ellos que permaneció por más de 30 días interno, redactó una nota de gratitud de su puño y letra.
