Tegucigalpa – Un niño hondureño murió de un impacto de AK-47. Las circunstancias no se han esclarecido y lindan entre un pleito entre pandillas, una bala perdida y un disparo contingencial provocado por un miembro de su familia.
El menor Ian Adolfo Bardales Toves recibió un balazo de AK-47 en una calle, frente a la vivienda de sus parientes, en la marginal capitalina colonia Estados Unidos de Tegucigalpa.
Según una versión familiar se trató de una bala perdida, mientras que fuentes cercanas al hecho indican Ian Adolfo murió en medio de una reyerta entre pandillas. Fuentes de investigación indican que pudo tratarse de un disparo que salio de la vivienda de sus parientes.
El disparo dañó órganos vitales del niño, espacialmente en su tórax. El falleció pese a que se le llevó a una sala de emergencia de un hospital estatal.
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