«La empresa dijo que se descompuso y que no circulará hasta el lunes», explicó a Efe el activista Irineo Mujica desde Arriaga (Chiapas, sureste de México), punto de partida de la caravana, que pretendía llegar hasta Chahuites, en el vecino estado de Oaxaca.
En lugar de subirse al tren, las decenas de migrantes indocumentados y activistas harán los 26 kilómetros a pie. Mujica atribuyó la avería a presiones del gobierno para evitar la repercusión en los medios del asunto, ya que el viaje había convocado a numerosos miembros de la prensa.
«Han cerrado Arriaga en los últimos dos días, tratando de evitar que lleguen migrantes», denunció el activista. Pese a ello, cerca de 70 indocumentados se encuentran en la localidad. «En Estados Unidos se han manifestado millones de indocumentados y nunca los han perseguido», afirmó como contraste.
La ruta que seguirán a pie ha registrado agresiones del crimen organizado, por lo que algunos se encuentran atemorizados, dijo. Tendrán protección policial hasta el límite con el estado de Oaxaca.
Entre los que caminarán hasta Chahuites estarán el sacerdote Alejandro Solalinde, que regenta un albergue y denunció recientemente un secuestro masivo de migrantes, y la activista Elvira Arellano, que se convirtió en símbolo de los sin papeles tras pasar un año refugiada en una iglesia de EE.UU. para evitar ser deportada.
«Si la delincuencia se organiza, nosotros también nos vamos a organizar», declaró esta mañana a los medios el padre Solalinde.
Los reclamos de la marcha «Paso a paso hacia la paz» se dirigen tanto contra los secuestros, agresiones y extorsiones de los carteles del narcotráfico como a la falta de acción de las autoridades mexicanas y a los violentos operativos de la policía federal en contra de los indocumentados.
«Ponemos denuncias y se burlan de nosotros», declaró Solalinde sobre las demandas que han interpuesto contra funcionarios presuntamente dedicados a extorsionar a los migrantes en tránsito hacia el «sueño americano» de EE.UU.
El sacerdote -que se ha convertido en una figura muy presente en los medios tras su denuncia- refirió que hace poco tuvo una reunión aparentemente fructífera con la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP). No obstante, no se tradujo en hechos.
«Quisieron maicearnos (sobornarnos), comprarnos con una comida», añadió. Poco después del encuentro, reveló, tuvo lugar una feroz redada contra indocumentados, donde se les dio a estos un «trato denigrante». «Los obligaron a estar con la cara en el suelo, los golpearon, los insultaron», refirió.
Solalinde manifestó también su preocupación por el hecho de que el Gobierno niegue lo que está sucediendo en México con la migración ilegal.
Se refirió así a la polémica abierta entre la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que reportó 10.000 secuestros de indocumentados entre abril y septiembre en 214 acciones masivas, una cifra que el Instituto Nacional de Migración considera inflada.
Los activistas denuncian con su marcha la «ineficacia» de dicho organismo, así como de la policía y del Ejército, para poner fin a las tropelías de los Zetas (cartel narcotraficante mexicano), grupos de Maras y rancheros coludidos para sacar partido a los migrantes.
