spot_img

Un Custodio de paradigmas emergentes

Por: Armando Euceda

En Siguatepeque, en algún momento de la década de los 80, inicié con Ramón Custodio una conversación acerca del paradigma emergente en la educación.

Allí le escuché explicar el  daño que causaba la educación bancaria. Y, con compromiso genuino, argumentaba acerca de la necesidad de “Educar la Condición Humana”.

Años después, lo escuché por la radio ofreciendo una clara reflexión acerca de los paradigmas emergentes en educación y en derechos humanos. Ya para esos días el eje de la historia de los derechos humanos en Honduras llevaba en su columna vertebral las ideas y los hechos pensados y caminados por el doctor Custodio.

En marzo del 2009, lo invité al programa “10 al 10” de Canal 10. De manera serena y reflexiva, Custodio expuso las ideas principales que caracterizan al paradigma emergente en la educación. Con múltiples ejemplos marcó la frontera entre el pasado en los sistemas educativos y las demandas del presente.

En “10 al 10” puso en contexto el paradigma emergente, invitando al estudio del pensamiento siempre vigente de Paulo Freire; nos recordó que este brasileño rechazó el consumismo de ideas y privilegió la creación y recreación de las mismas. Lo citó con propiedad al recordarnos pasajes de su “Pedagogía del oprimido” y de su “Educación como práctica de la libertad”.

Con la tranquilidad intelectual que subsume sus experiencias y vivencias, nuestro invitado continuó tejiendo su discurso sobre el paradigma emergente; marcó los orígenes en los pensadores de los siglos XVIII y XIX, para luego acariciar con la ternura de un humanista que respeta y valora el pensamiento creativo, la obra inacabable de Francisco Gutiérrez de quien recordó su propuesta del  “texto paralelo” (incubado en comunión con Daniel Prieto Castillo en la universidad de San Carlos en Guatemala, en 1991, como una propuesta alternativa de educación a distancias).

En “10 al 10” Custodio arribó a uno de los puertos intelectuales más hermosos del paradigma emergente y nos ayudó a destejer “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro” del francés Edgar Morin.

Despacio, como custodio de sus palabras, analizó el significado de las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión; los principios de un conocimiento pertinente y enseñar la condición humana. Luego pausó con preocupación cuando recordó a Morin invitándonos a “enseñar la identidad terrenal”.

Como físico no pude evitar inmiscuirme en sus pausas para recordarle la necesidad de educarnos para “enfrentar las incertidumbres” y él cerró con ternura recordando a su maestra de primer grado –yo a mi maestro de quinto- al explicar la necesidad de “enseñar la comprensión” y educar en “la ética del género humano”,  no sin antes externar su firme creencia que el paradigma emergente no excluye sino requiere de la disciplina en el trabajo escolar.

Al cierre del programa fue evidente que del doctor Ramón Custodio López apenas escuchamos las primeras gotas de una tormenta intelectual. A mi en lo personal -como en el coro virtual “Aguacero” de Eric Whitacre- el conversar con él me causó la misma sensación que produce el silencio de grillos, ranas y pajaritos, cuando -repentinamente- callan su canto en primavera porque, antes que cualquier oido humano, han detectado que en el instante siguiente la lluvia, con sus truenos y relámpagos, hará uso de la palabra. Así es la voz de este Custodio de paradigmas emergentes. Más de Armando Euceda. Aquí…

spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_imgspot_img