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Un artista español presenta en Uruguay una obra interpretada por 300 diminutos ‘actores’

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Montevideo – El artista David Espinosa presentó hoy en Montevideo «Mi gran obra», una pieza entre lo visual y lo escénico protagonizada por 300 diminutas figuras de 2 centímetros de altura que pone en cuestión los grandes dispendios culturales de los últimos años en España, explicó hoy a Efe el autor ilicitano.

Desde hace tres años, Espinosa ha recorrido el mundo con su obra, principalmente Europa, y se muestra satisfecho de haber llegado por primera vez a Latinoamérica, donde ya actuó en Buenos Aires y Lima antes de interpretar en Montevideo su arte.

«Esto empezó en 2012, que era el momento cuando peor estábamos económicamente en España y con muchos recortes para la cultura, y apareció de eso, de cuestionar todo ese dinero que nos habíamos gastado hasta ese momento y que nos seguimos gastando en grandes eventos que a nivel cultural no aportan lo que valen», comentó.

Para reivindicar esa idea, en sus funciones utiliza alrededor de 300 diminutas piezas -las cuales va acumulando poco a poco y ya tiene en torno a 1.000- con las que representa distintas escenas que podrían componer el «mural vital» de cualquier persona.

Asimismo, Espinosa indica que lo que busca es que el espectador realice un «esfuerzo» intelectual, dado que no se le da «todo triturado» en lo que al significado de la obra se refiere.

Ese hecho se concreta en que «no hay texto ni una manipulación intentando que parezca que (las piezas) se muevan solas».

Muerte, sexo, violencia, referencias al sistema social establecido y a la religión son algunos de los puntos que se tocan a lo largo de «Mi gran obra», la cual Espinosa ha representado en más de 200 ocasiones ante audiencias que se limitan a entre 20 y 24 espectadores por función.

«Es por una cuestión de tamaño. Al trabajar a escala 1:87 -los actores miden menos de 2 centímetros- si había más gente era imposible verlo bien (…). Entonces, en lugar de proyectar en grande (…), en este caso hemos renunciado a ello porque buscábamos que tuviera una teatralidad más viva», explicó el artista, de 39 años.

De hecho, durante la función se entrega a los espectadores unos binoculares para que no pierdan detalle de la obra.

«Es un ‘collage’, un retrato social del mundo (…), en el que encuentras desde la vida de una pareja, hasta una persona que no para de suicidarse durante toda la obra, (…) pinceladas sobre aspectos diferentes de la sociedad», dijo.

Afincado en Barcelona desde hace años, Espinosa ha representado «Mi gran obra» en ciudades como Oslo, Sarajevo y Moscú, y su llegada a Latinoamérica se debe a la extensión en esta región del festival catalán de teatro Temporada Alta, uno de los certámenes escénicos más importantes de España.

«En general la pieza funciona bien porque, a pesar de ese discurso más político o económico, es una obra que a nivel escénico está más cerca de un retrato crudo de la sociedad y es una pieza que emociona mucho a pesar de que son objetos inanimados», aseguró Espinosa, que actuó hoy en el Centro Cultural de España en Montevideo.

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