Entre los oficiales separados se encuentran un comisionado general; dos comisionados, un sub comisionado, un inspector y cuatro sub inspectores y 43 elementos de la escala básica.
Los despidos abarcan a altos cargos del estamento policial. El vocero de la Policía, Héctor Iván Mejía, no reveló los nombres porque dijo que la ley se lo prohíbe y que los afectados “podrían demandar por daños y perjuicios”.
Indicó que los separados se les han cancelado el acuerdo de nombramiento por faltas que tipificó de graves pero dijo que el ministerio de Seguridad no hará nada en las instancias legales contra ninguno de los 52 elementos sino que eso compete a otras instancias de la institucionalidad.
El hermetismo policial se mantuvo durante la conferencia de prensa en la que el vocero Mejía no soltó prenda, pese a la exigencia de los periodistas.
Adelantó que en los próximos días se informará de otros miembros separados del cuerpo policial.
La Policía hondureña atraviesa una de las etapas más oscuras de su historia debido a que muchos de sus miembros han sido vinculados a carteles del crimen organizado con los que actúan en colusión, según denuncias que se desataron luego del crimen contra los estudiantes.
Las exigencias ciudadanas por depurar la policía y la urgencia de intervenir la misma se han mantenido sobre las autoridades hondureñas.
