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Tamales hondureños enriquecen la tradición de La Candelaria en México

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México – Cientos de variedades de tamal provenientes de Latinoamérica enriquecen la celebración del Día de la Candelaria, que se celebra cada 2 de febrero y en la que los mexicanos ofrecen una fiesta de tamales y llevan al templo a bendecir las figuras del Niño Dios.
 

Los hay cubiertos con hoja de plátano y maíz, preparados con aceite o mantequilla, de dulce y de sal, y rellenos desde el tradicional pollo hasta de hormiga voladora, dijo hoy a Efe el director del Museo Nacional de Culturas Populares de Ciudad de México, Rodolfo Rodríguez.

El recinto sirve de lugar de encuentro a veintiún estados de México con gran riqueza tamalera, como Chiapas, Michoacán, Coahuila, Oaxaca y Puebla, y a países como Colombia, Venezuela, Honduras, Ecuador, El Salvador, Bolivia, Perú Chile y Guatemala.

En el lugar se pueden degustar todo tipo de tamales, como se conoce una especie de pan de maíz relleno de carne, fríjol u otro ingrediente envuelto en hoja de maíz, plátano o de otra planta.

El tamal es un alimento de origen prehispánico y ritual, que ha perdurado a lo largo de la historia a pesar de las distintas influencias e incursiones de otras cocinas.

Entre las opciones mexicanas pueden encontrarse los tamales oxaqueños rellenos de pollo y mole, como se conoce a una mezcla de chile y chocolate, los de cerdo en pipián, una salsa mexicana hecha con semilla de calabaza, los de chile morita, de fríjol, de salsa roja y verde, y los de hongos con rajas.

También los hay rellenos de haba, calabaza con quesillo, requesón con zarzamora, piña, fresa y elote (maíz).

«Pedirme que elija un sólo tamal como el mejor es como pedirle a una mamá que escoja a uno sólo de sus hijos», aseguró Amelia Berner, visitante de la feria.

Por su parte la oferta internacional presenta «humitas», como se denomina a los tamales en Argentina, Chile, Ecuador y Perú, rellenas de pollo, puerco y camarón, y tamales de coco, maracuyá, mariscos, chocolate, guayaba, queso son zarzamora, rompope, como se conoce a un licor hecho con yemas de huevo y almendras, y plátano.

Entre todos los tamales, aseguró Rodríguez, el más buscado por los visitantes es el de «chicanas», que está relleno con el cuerpo de una hormiga voladora que habita en el estado de Oaxaca, y sazonado con su cabeza.

Asimismo está el llamado «zacahuil», que mide un metro de ancho por un metro de alto, y las «corundas» michoacanas, que tienen forma de triángulo y están envueltas en hoja de maíz o plátano.

«Nunca faltan los productores que hacen experimentos con los ingredientes o las formas», comentó el director al respecto.

La preparación de tamales tiene su origen en la época prehispánica cuando su consumo no fue únicamente como comida de la gente común sino de los sacerdotes y los nobles en ceremonias especiales de ayuno.

En México, donde existen más de quinientas variedades de tamales, este alimento se consume durante todo el año, pero especialmente el Día de la Candelaria después de que las familias llevan a bendecir a las figuras de los niños dioses al templo.

En particular la fiesta de tamales la paga en México aquella persona que, al partir la Rosca de Reyes, el 6 de enero, sacó en su rebanada una de las figuritas del Niño Dios que se ocultan entre la miga.

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