“La hambruna mundial puede parecernos un desafío imposible de vencer, pero, de hecho, tenemos la capacidad de vencerlo. El gobierno de los Estados Unidos se ha empeñado en abordar el problema de la seguridad alimentaria en Honduras”, afirmó.
Asimismo, agregó que trabajan para reducir las deficiencias de desnutrición en un 20 por ciento dentro de las comunidades más afectadas por este problema.
Manifestó que “nuestro programa está dando alimentos más sanos en la mesa de los hogares en zonas rurales en dos formas: primero, ayudamos a los agricultores a aumentar sus ingresos para que puedan comprar comida; segundo, les ayudamos a diversificar para que no sean completamente dependientes de las cosechas tradicionales y de bajo ingreso como frijoles y maíz.
Reveló que los resultados hasta la fecha muestran que los ingresos de los agricultores pobres quienes trabajan en menor escala aumentaron de un promedio de 1,200 dólares a más de 5 mil dólares anuales como resultado de un mayor manejo de sus fincas, selección de siembras, y relaciones con los compradores. Esto dará a los agricultores y sus hijos una verdadera oportunidad de vivir bien en el campo, en vez de arriesgarse al trasladarse a las áreas urbanas en crecimiento de Honduras.
“Complementamos esta ayuda con la educación en el área de buena nutrición. Como resultado estamos descubriendo que al tiempo que los ingresos de los agricultores aumentan, sus familias se alimentan mejor, lo cual está resolviendo el problema de la malnutrición aguda que existe en muchas de las comunidades afectadas”, acotó Steinberg.
Finalmente, el sub director Mundial de USAID hizo referencia que el cambio climático global está impactando de verdad en la seguridad alimenticia del pueblo Hondureño. La USAID está enseñando a los productores de alimentos las técnicas necesarias para conservar la tierra, el agua, y la energía, que volverá la producción más eficaz y eficiente desde el punto de vista del costo.
