Un año de protestas, dolor migratorio y justicia
Este 2019 está pronto para llegar a su fin y le dejó a Honduras una serie de acontecimientos que se caracterizaron por elevar el nivel de confrontación en la sociedad, ya que las fuerzas políticas y gremiales mantuvieron un elevado nivel de movilización. La sociedad se mira confrontada y débil.
Las protestas de los sectores gremiales y de la oposición política se intensificaron después del primer trimestre, incluso muchas de ellas terminaron en actos de violencia y vandalismo en las principales ciudades del país, provocando grandes daños a la economía.
Igualmente, el 2019 mantuvo el tema migratorio como uno de los principales puntos de la agenda noticiosa, ya que los hondureños son un pueblo que se moviliza extrafronteras y donde muchos de sus ciudadanos sufrieron los avatares de vivir fuera de su terruño.
Varias hondureñas perdieron sus vidas fuera de su terruño a mano de connacionales o de personas que conocieron en los sitios donde se asentaron y se rompió el récord de deportaciones, ya que superaron los 100 mil connacionales que fueron retornados.
La lucha contra la corrupción y el crimen organizado continuó este 2019 y los mismos tuvieron éxitos parciales para los entes encargados de sacar adelante la misma, aunque también se activaron los grupos que se oponen a la lucha contra dicho flagelo.
El Ministerio Público logró condenas contra altos funcionarios del Estado acusados de corrupción, así como presentó varias acusaciones en los tribunales contra redes de grupos, que incluían a funcionarios, diputados, empresarios y otros, aunque las fuerzas oscuras arremeten para degradar la lucha anticorrupción con reformas a la ley.
En el campo de la justicia se lograron condenas contra la exprimera dama Rosa Elena de Lobo, el subcomisionado Jorge Barralaga, así como a los responsables del asesinato de Bertha Cáceres se les individualizó las penas carcelarias.
El sistema carcelario también tuvo gran repercusión este año, con muertes, motines y escapes a lo largo del año, tanto en las cárceles de máxima seguridad como El Pozo y La Tova, así como en prisiones pequeñas como Trujillo y Tela, que cerró con la mayor matanza de privados de libertad en el presente año.
Anuario Proceso Digital 2019