San Pedro Sula – La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), a través de su representante en el país, Rodolfo Dumas, recomendó a los periodistas hondureños evitar hacer uso de la apología del odio en medio de la crisis postelectoral que se vive en Honduras, porque eso los pone en una situación peligrosísima.
– Sugiere que las escuelas de comunicaciones y periodismo deben hacer un esfuerzo para orientar y educar a los profesionales para tomar ciertas medidas que son fundamentales en situaciones peligrosas.
Señaló que la situación es preocupante, pero no solo a partir de la situación postelectoral sino que desde antes se habían detectado escenarios donde la prensa está enfrentando situaciones de peligro, riesgo y sobre todo limitaciones mediante prácticas ilegales al ejercicio de su profesión en cuando al acceso a la información pública como la Ley de Secretos Oficiales y el artículo 335-B del Código Penal y otras que limitan la posibilidad a los periodistas de acceder a ciertas informaciones y puedan transmitirlas a la sociedad que tiene todo el derecho de recibirlas.
Acotó que “eso sin perjuicio del riesgo de violencia que enfrentan muchos medios y periodistas en el país; todas estas situaciones colocan a Honduras en una situación vulnerable donde la imagen del país se ve deteriorada por todas esas limitaciones y todos esos riesgos”.
Indicó que esa situación no sólo preocupa a la SIP sino a una gran cantidad de organizaciones que se dedican a defender la libertad de prensa y el derecho a la información las que ya han tomado nota y siguen muy de cerca la situación que ocurre en Honduras y que ven hechos como el ocurrido el viernes a inmediaciones de Casa Presidencial, donde periodistas fueron agredidos, “las alarmas se disparan aún más”.
“Es absolutamente reprochable lo que ocurrió el viernes y esto debe llamar la atención sobre cuáles son los deberes del Estado para proteger y garantizar ese ejercicio del periodismo que debe ser responsable”, señaló Dumas.
Recordó que básicamente son tres los deberes del Estado: prevenir, proteger y procurar justicia, lo que tiene que ver con el discurso de no atacar a la prensa y no limita que el ejercicio se realice de manera libre, pero también cómo educa a las fuerzas de seguridad para que en estas situaciones de violencia y de zozobra nacional, sepan respetar el derecho de los periodistas a ejercer su trabajo de manera pacífica.
“Vemos con mucha preocupación que hemos escuchado en algunas radios, periodistas haciendo apología al odio y eso es peligrosísimo, no sólo por ese artículo que está aún vigente el 335-B sino que en términos generales, la apología al odio no es permitida bajo las reglas de la libertad de expresión, entonces hay que tener mucho cuidado con eso de que nuestras pasiones personales o las pasiones personales de los periodistas no los lleven a incurrir en situaciones como esas que a la larga los van a poner en riesgo”, advirtió.
Señaló que al final de los actos violentos ocurridos el viernes a inmediaciones de la Casa Presidencial, en las afueras del hotel Marriott, se pudieron apreciar algunos exabruptos de las mismas víctimas por lo que deberían de tratar de controlar esas emociones y evitar ponerse en una situación de riesgo.
Subrayó que ese tema tiene que ver mucho con la educación por lo que las escuelas de comunicaciones y de periodismo en Honduras, deben hacer un esfuerzo adicional para ir orientando y educando a las nuevas generaciones y a las que ya están en pleno ejercicio de esa noble profesión para tomar ciertas medidas que son fundamentales.
Refirió que existe una cantidad de herramientas que permiten la cobertura segura que proporcionan a través de la Internet organizaciones como Reporteros Sin Fronteras, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés) y la misma SIP, que permiten al periodista auto educarse en temas de seguridad y así evitar situaciones de riesgo como la que ocurrió el pasado viernes en Tegucigalpa.
Dumas calificó el actual escenario político como muy complejo y pareciera no tener fin pues se está ante dos extremos “tercos” que no quieren ceder absolutamente nada y eso está teniendo un impacto muy difícil, dramático y terrible en la situación económica del país.
Aseveró que en el caso de San Pedro Sula, la economía prácticamente está paralizada precisamente por toda la incertidumbre que genera la actual situación política y el irrespeto a la ley y al Estado de derecho y que como hondureños, como país, como sociedad se tiene que ir superando esa atmósfera de manera rápida, buscando el diálogo y el entendimiento para que la calma retorne al país.
Acotó que en medio de ese ambiente el periodismo enfrenta retos muy difíciles debido a la existencia de una cantidad de leyes que siguen vigentes y que vulneran todos esos principios universalmente aceptados en materia de libertad de expresión y en el continente americanos tres países, México, Colombia y Honduras han aprobado sistemas de protección para periodistas y el caso hondureño es el más nuevo y por ende tiene muchísimas limitaciones, incluyendo las financieras.
