spot_img

Sequía y lluvias se convierten en verdugos de Honduras

Por:

Compartir esta noticia:

Tegucigalpa – Mientras hace apena dos meses la emergencia nacional lo constituía la extendida sequía que asolaba vastas regiones hondureñas y había dañado parte de la producción agrícola, ahora la situación dramática se atribuye a las poderosas corrientes de agua que descienden desde las montañas del occidente y van a caer a la rica y fértil región del Valle de Sula.

– En menos de dos meses se pasó de la sequía intensa a la emergencia por las inundaciones.

Los hondureños vivieron primero seis meses con un verano casi infernal, desde marzo hasta agosto, que destruyó gran parte de la producción agrícola y que provocó la crisis alimentaria del frijol que obligó al gobierno a importar el grano desde Etiopía.

Mientras los campos hondureños registraban un declive de la producción de alimentos, especialmente frijol y maíz, los hondureños del campo se empobrecían más de la cuenta, ya que al perder sus cosechas pasaban a depender de la ayuda estatal.

Los científicos señalaron que la intensa y extendida sequía que afectó no sólo a Honduras, sino también a Centroamérica, se debía al cambio climático y en especial al llamado fenómeno de El Niño.

La sequía provocó que se perdieran el 70 por ciento de la producción de maíz y el 45 por ciento del frijol, los dos granos que constituyen la dieta básica del hondureño desde hace más de un siglo.

Igualmente afectó a 72 mil familias y 66 municipios en el llamado “corredor seco”, según informó en su momento el titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, Jacobo Paz.

Pero también afectó a otras industrias, como la azucarera que reportó una reducción de su cosecha en un cinco por ciento en el año azucarero, equivalente a unos 600 mil quintales. La industria estimaba una producción de 12 millones de sacos.

Pero la sequía también cobró otra víctima este año y fue a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) que se vio obligada a racionar el servicio mediante apagones controlados.

El ahora ex gerente de la ENEE, Emil Hawit, dijo en el cenit de la sequía en agosto pasado que la estatal debía racionar el servicio por cuatro horas, ya que los embalses de la represa “El Cajón” y otras hidroeléctricas habían bajado tanto que no podían sostener la producción sin poner en peligro el sistema.

Los racionamientos se mantienen hasta el momento, sólo que toman otro nombre, de acuerdo a los expertos, ya que oficialmente la ENEE suspendió los apagones.

inunda

Lluvia en una semana

Pasado agosto e incluso las primeras semanas de septiembre, ahora es que los hondureños se ven abocados a las inundaciones en la parte occidental, norte y sur del país, ya que las intensas lluvias registradas en unos pocos días ha desbordado los ríos y canales de desagüe.

Como siempre el fértil Valle de Sula ha sido de los afectados, a lo que se suma la zona sur del país, especialmente la Costa de los Amates, en Alianza, y el municipio de Goascorán, en Valle, fronterizo con El Salvador, muchos más se han sumado a la precariedad propia de la vulnerabilidad.

La vaguada formada ha provocado cinco días de intensas lluvias que desbordaron la capacidad de las cuencas hidrográficas del país y que permitieron que las aguas se desborden durante sus bajadas.

Al menos tres personas han fallecido en el país, según la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), mientras cuatro se encuentran desaparecidos, miles de damnificados e innumerables daños materiales.

También miles de hectáreas de cultivos se encuentran anegadas y tal como sucedió con la sequía, ahora es que el exceso de agua podrá destruir los cultivos de granos y otros productos agrícolas.

Igual que con la sequía, las inundaciones provocaron pérdidas millonarias, aunque todavía no se cuantifican. Los riesgos siguen presentes y el país transita en una ruta de vulnerabilidad extrema.

 

spot_img
spot_img

Lo + Nuevo

spot_img
spot_img
spot_img
spot_imgspot_img