Según trascendió de la reunión de más de dos horas en el sótano del Capitolio, el presidente de la Cámara baja, John Boehner, y el legislador republicano por Wisconsin Paul Ryan advirtieron a sus correligionarios de que su partido debe actuar sobre la reforma para impedir su debilitamiento político.
Pero Boehner reiteró su conocida postura de que la reforma tendrá que contar con el respaldo de la mayoría de los republicanos de la Cámara baja para que salga a flote, elevando así el listón para una de las principales prioridades del Gobierno de Barack Obama.
Según el legislador republicano por Oklahoma Tom Cole, Boehner advirtió de que los republicanos estarían «en una posición más debilitada» si no actúan sobre la reforma.
Sin embargo, la reunión no estableció un cronograma para un voto y lo más probable es que la Cámara de Representantes espere hasta después del receso legislativo de agosto, según algunos de los presentes.
Los republicanos insisten en condicionar la legalización a un reforzamiento de la seguridad fronteriza, pero el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo hoy que quienes exigen eso no son «serios» con respecto a este asunto. Leer nota.