Las pruebas de saliva serán tomadas de forma gratuita en el parque central de la ciudad de Guatemala, y los datos, que son confidenciales, serán comparados, entre otros, con los análisis que se practiquen a los restos encontrados en cementerios clandestinos y exhumados por las autoridades.
A esta actividad, de dos días, pueden asistir familiares de guatemaltecos que desaparecieron durante la guerra en este país centroamericano y las muestras serán guardadas en el Banco Genético de Familiares de Desaparecidos, elaborado por la FAFG.
El conflicto bélico, que acabó el 29 de diciembre de 1996 tras la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y la entonces guerrilla, dejó unas 250.000 víctimas, entre ellos 45.000 desaparecidos.
Un portavoz del Centro de Acción Legal para los Derechos Humanos (Caldh) explicó a Efe que la toma de pruebas de ADN forma parte de las actividades para conmemorar los 31 años de la matanza que se perpetró en la embajada de España que se cumplen mañana.
El 31 de enero de 1980 agentes de las fuerzas del Estado ingresaron a la misión diplomática para desalojar a un grupo de indígenas y estudiantes que la habían ocupado para denunciar la represión militar.
La embajada fue incendiada y 37 personas, entre ellas Vicente Menchú, padre de Rigoberta Menchú, premio nobel de la paz de 1992, murieron calcinadas.
En memoria de esas víctimas, dijo el activista, la Fundación Rigoberta Menchú Tum (FRMT), el Comité de Unidad Campesina (CUC) y la Convergencia Nacional Maya, entre otros, presentarán hoy un vídeo sobre la masacre y una exposición fotográfica sobre ese hecho, mientras que la FAFG tomará las muestras de ADN.
Mañana tienen prevista una ceremonia maya y actividades político-culturales para honrar a las 37 víctimas del incendio de la misión diplomática española, y también se tomarán pruebas de ADN, concluyó.
