Mientras miles de hondureños llevan al menos cinco días haciendo largas filas, en las cercanías del estatal Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (Banadesa), reclamando el pago de un subsidio anual de 10 mil lempiras, mismo que es parte de las subvenciones estatales para paliar la pobreza, trabajadores públicos y proveedores reclaman pagos salariales o de servicios. Desde el viernes, familias que viven en pobreza extrema, empezaron a llegar a los alrededores de Banadesa pero la fila no parece disminuir. Trabajadores encargados de distribuir el subsidio dicen que no se dan abasto ni hay capacidad de atender la demanda. Alegan que no han descansado pero que no hay cabida para cubrirlos porque, además, no todos recibirán el esperado desembolso. Algunos de los que reclaman, han dormido en la calle pero los resultados no son halagadores. “Estamos aquí desde ayer, y lo más seguro es que nos vayamos en la noche para la casa”, dijo Norma Cáceres, una de las beneficiarias del programa. Ella llevaba cerca de seis horas haciendo fila, relata. La mujer manifestó que sólo se entregaron dos mil 500 números para atender a las personas, pero que en el lugar hay más de cinco mil, estimó. Esa transferencia monetaria condicionada, es otorgada a las familias de escasos recursos de todo el país que son seleccionadas a través de censos ejecutados por el Programa de Asignación Familiar (Praf) por medio de escuelas y colegios públicos. Luego seleccionan a las familias que cumplen los requisitos, como tener al menos dos hijos en la escuela, que estos asistan al menos al 80% de las clases y que las madres los lleven a controles de salud y nutrición. Trabajadores sanitarios Igualmente, los trabajadores de hospitales públicos protestan este día. Los empleados del estatal Hospital del Tórax llevan ya dos días reclamando salarios y pago de sus aguinaldos. Los obreros del centro de salud, Alonso Suazo, uno de más tradición en la capital hondureña, se sumaron hoy a las protestas. Sus demandas, igualmente, tienen que ver con reclamos salariales atrasados. En tanto los trabajadores del Hospital San Felipe apelan se restablezca el servicio de alimentación a los pacientes. Uno de los dirigentes del movimiento laboral ha comentado que el sindicato determinó privar a los empleados de su derecho a la comida para poder proveer parcialmente a los enfermos. En comunicación telefónica, Marcos Laínez, médico en servicio social, demandó a la ministra de Salud, Roxana Araujo y a la rectora de la UNAH, Julieta Castellanos, ya que, según denunció, desde hace tres meses los galenos que hacen su trabajo en zonas remotas de Honduras no ha recibido su pago. Laínez está asignado en un centro de salud de la rural comunidad de San Francisco, en Olanchito, Yoro. El relató que debe el alquiler del cuarto donde duerme y que la alimentación se la provee, por solidaridad, la enfermera del lugar. El mundo de las protestas La semana empezó con reclamos y protestas públicas de trabajadores del Servicios Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa) y Secretaria de Obras Públicas, Transporte y Vivienda (Soptravi). Por su lado los alcaldes de todo el país, 298 en total, han reclamado el pago de las transferencias que la ley obliga realizar a sus arcas por parte del Ejecutivo. La deuda supera los dos mil millones de lempiras. Así, en medio de un viacrucis que sacude las finanzas públicas en plena época navideña, analistas locales califican que al concluir 2012, “se le ha robado la navidad a los hondureños”, una población que además transita en medio de una crisis institucional debido a que el Congreso hondureño mutiló la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de este país centroamericano.
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Tegucigalpa- En Honduras las protestas y reclamos públicas de actores sociales que demandan pago de salarios, de deudas a proveedores de servicios públicos básicos y las filas de millares de pobladores en condiciones de extrema pobreza, quienes reclaman el pago del llamado “bono 10 mil”, son parte del paisaje prenavideño.
