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Promueven programa forestería comunitaria como modelo para prevenir los incendios forestales

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Tegucigalpa– La forestería comunitaria como modelo para prevenir los incendios forestales, sería una opción para erradicar el problema que año tras año se repite en Honduras, donde poderosas llamas destruyen miles de hectáreas de bosque, el daño para el país es muy grande, ya que no son solamente los recursos forestales los que se quedan en cenizas, la atención médica debido a problemas respiratorios, la cancelación de vuelos nacionales e internacionales por bruma etc. perjudican la economía nacional enormemente.

Aunque las autoridades competentes han unido esfuerzos para combatir este flagelo y han reducido las áreas quemadas, las imágenes de la fauna y flora destruida en la época seca son omnipresentes. Sin embargo, en toda esta melancolía de la destrucción, hay una tendencia que alimenta el optimismo para superar en el futuro próximo esta cultura de devastación.

Las estadísticas del Programa Adaptación al Cambio Climático en el sector Forestal (CliFor), financiado por la Unión Europea y el Gobierno de Alemania (BMZ), y ejecutado por el Instituto de Conservación Forestal (ICF) y la Cooperación Alemana (GIZ), demuestran que la tasa de incendios forestales en áreas donde se aplica la forestería comunitaria es menor que el uno por ciento. Bajo dicho régimen, el Estado o Municipio otorga bosques estatales o ejidales a cooperativas agroforestales que tienen la obligación de proteger los recursos forestales y el derecho de aprovecharlos de una manera sostenible.

“Hemos equipado gran parte de las cooperativas agroforestales en las áreas de intervención del Programa CliFor con lotes de herramientas forestales que incluyen matafuegos, rastrillo, azadón, machetes y cascos a 27 organizaciones comunitarias. Además, se ha desarrollado jornadas de capacitación en temas de sensibilización, prevención y combate de incendios, y el uso y manejo de herramientas forestales contando con la participación de 37 organizaciones agroforestales. A través de estas capacitaciones se ha logrado que las comunidades organizadas se involucren y participen en la protección de sus recursos, compartiendo con el Estado la responsabilidad de la protección de los bosques”, comentó el coordinador del Componente Forestería Comunitaria del Programa CliFor, Fausto Lazo.

En la comunidad de La Libertad en el Municipio de Campamento se puede observar como la comunidad, organizada en un grupo agroforestal, cuida su bosque. La cooperativa “Unidos al Desarrollo” con 5,800 hectáreas de bosque nacional bajo su cuidado, ha comenzado con anticipación la construcción de rondas de 25 kilómetros. “Aquí en nuestra comunidad no hemos tenido incendios forestales en los últimos años. El Programa CliFor nos ha dado herramientas para combatir este flagelo. Además recibimos capacitaciones. Cuando la gente nos ve en el bosque saben que estamos cuidando nuestros recursos forestales. Anteriormente hubo una cultura de quemar el bosque, pero ahora hay más conciencia. Y para las personas que todavía meten fuego a los bosques déjeme decirles que por favor déjenlo. No queremos una Honduras en seco y con bruma sin agua”, relató el presidente de la Cooperativa agroforestal “Unidos al Desarrollo”, David Amador.

Indudablemente la forestería comunitaria en Honduras ha funcionado bien. Solamente con el Programa CliFor el Estado de Honduras integra más de medio millón de hectáreas de bosque a dicha modalidad. Los números hablan por sí mismos. En las zonas de forestería comunitaria, la tala ilegal de madera es casi nula y la tasa de incendios forestales es menor al uno por ciento. “El ICF es un ente que facilita procesos y acompaña a los pobladores en el esfuerzo de prevenir y combatir los incendios forestales. Los grupos campesinos en el marco de la forestería comunitaria han reportado los índices más bajos de incendios forestales en todo el país y no solamente este año, sino también el año pasado. Para las comunidades, el bosque genera oportunidades sostenibles y la gente lo sabe”, expresó el director del ICF, Ing. Arnaldo Bueso. Los números no mienten. Donde hay pobladores organizados en grupos agroforestales, equipados con herramientas y capacitados, los incendios pertenecen al triste pasado y se establece una cultura de conservación y protección del bosque.  

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