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Preocupación por primer caso de COVID-19 en cárcel de Támara

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Tegucigalpa – La confirmación del primer caso de COVID-19 al interior de la Penitenciaría Nacional Marco Aurelio Soto, localizada en la aldea de Támara, 20 kilómetros al norte de Tegucigalpa, ha despertado las alarmas tomando en cuenta que si no se siguen los protocolos podría derivar en una situación caótica por lo que las autoridades sanitarias han procedido a aplicar otras 80 pruebas PCR en tiempo real a fin de detectar si hay más casos positivos en esa cárcel del centro de Honduras.

– “Si no se toman esas medidas, la ola expansiva del virus puede convertirse en una situación inmanejable en esa cárcel”, advirtió el médico internista, Omar Videa.

El titular interino de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Carlos Cordero, afirmó que el privado de libertad que dio positivo a la prueba de COVID-19 en la Penitenciaría Nacional se encuentra en un área de aislamiento.

Cordero aseguró que desde que inició la emergencia por la pandemia del coronavirus, al Instituto Nacional Penitenciario (INP), se le incorporó al Centro de Operaciones de Emergencia Nacional y se llegó a formular un protocolo que está en ejecución en todas las cárceles hondureñas.

En ese sentido, el caso detectado en la cárcel de Támara no es la excepción porque previendo una situación como esa, se habilitó un área de aislamiento dentro del recinto penitenciario para lo cual Copeco contribuyó al equipamiento de esa sala y hoy ha permitido dar una respuesta inmediata y oportuna para garantizar la salud del resto de la población penitenciaria.

Detalló que el área es para el aislamiento de personas asintomáticas como es el caso del privado de libertad que dio positivo a la prueba PCR, la que tiene una capacidad para albergar a 60 personas.

Recalcó que se trabaja en habilitar una segunda área, pero lo importante es que se está cumpliendo con todos los protocolos de bioseguridad al interior de las prisiones.

Por su parte, la portavoz del INP, Digna Aguilar, indicó que el privado de libertad que dio positivo, se encuentra en una condición estable al igual que otros 10 prisioneros que dieron negativo a la prueba y ninguno de ellos presenta algún síntoma del coronavirus.

Detalló que el privado de libertad que dio positivo, ingresó al centro penal el pasado 30 de abril remitido por los tribunales de justicia de la zona norte del país sin ningún tipo de síntoma, pero siguiendo el protocolo epidemiológico se solicitó a la Región Metropolitana de Salud del Distrito Central que se le tomara la muestra para una prueba PCR a fin de detectar si era portador de COVID-19.

Fue así como el pasado domingo 10 de mayo se presentó el personal de salud que tomó la muestra de 11 privados de libertad de las cuales 10 resultaron negativos y una positiva.

Entretanto, el director de la Región Metropolitana de Salud del Distrito Central, doctor Harry Bock, detalló que dentro desde que comenzó la emergencia por la pandemia del coronavirus en el país al interior de la cárcel de Támara se han realizado más de 150 pruebas PCR de las cuales hasta ayer salió la primera positiva.

En ese sentido, tras confirmarse el primer caso, en las próximas horas se procederá a tomar otras 80 pruebas para confirmar o descartar nuevos casos positivos dentro de ese centro penal.

Bock indicó que en los lugares de alta concentración de personas como las penitenciarías, cuando se presenta un caso positivo se procede a hacer una intervención.

En ese sentido, se ha pedido a las autoridades penitenciarias a proceder a hacer la separación del privado de libertad y desde hace un mes se ha solicitado no hacer trasladados de reos de una cárcel a otra.

Añadió que se hacen pruebas frecuentemente en esa cárcel porque constantemente están ingresando nuevos prisioneros.

De su lado, el médico internista, Elvin Omar Videa, indicó que en lugares donde hay aglomeración de personas como los asilos y en este caso las penitenciarías, con centros potenciales para el contagio de COVID-19.

Y ya que se ha detectado el primer caso en la Penitenciaría Nacional de Támara, el primer paso es proceder al aislamiento del privado de libertad y luego comenzar a estudiar a todos sus contactos que han estado relacionándose con él al menos en la última semana.

“Es importante que a esas personas sospechosas se les pueda hacer la prueba rápida a todos los contactos y de ahí ir identificando a personas que se puedan encontrar asintomáticas y de salir positivas proceder a aplicarles el tratamiento conocido como MAIZ”, apuntó.

Agregó que con el aislamiento y el inicio del tratamiento MAIZ, se evitará que esas personas se puedan complicar con una condición que los tenga que llevar a un área de hospitalización.

En ese sentido, el personal médico debe solicitar los fármacos que comprenden el tratamiento MAIZ con el fin de preservar la vida de las personas y evitar que se presenten situaciones de mayor complejidad.

Advirtió que, si no se toman esas medidas, la ola expansiva del virus puede convertirse en una situación inmanejable en esa área pues son centros que albergan una gran cantidad de personas, una condición que al coronavirus “le encanta” para poderse propagarse.

El tratamiento MAIZ consiste en atomizar dos veces al día una solución que se llama Microdacyn, sin embargo, si el paciente tiene síntomas de coronavirus, se le debe iniciar la aplicación de azitromicina, ivermectina y zinc.


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