La denuncia, hecha por los diarios El Heraldo, La Tribuna y La Prensa, ha trascendido en la víspera de la reunión que tienen prevista para mañana en Managua los presidentes Daniel Ortega, de Nicaragua; Porfirio Lobo, de Honduras, y Mauricio Funes, de El Salvador.
Según las versiones, que citan a fuentes del Gobierno hondureño que no identifican, en uno de los incidentes, que se habría registrado hace una semana y media, resultó destruida una lancha patrullera de Nicaragua al intentar interceptar un guardacostas de Honduras cuando se dirigía a la bocana del Golfo de Fonseca.
Los Gobiernos de Honduras y Nicaragua «no se hicieron reclamos oficiales ni reportaron el incidente ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para evitar que el organismo mundial interviniera en el asunto», subraya una de las publicaciones.
El presidente hondureño ha dicho en varias ocasiones que los tres países deberían impulsar un proyecto de desarrollo y protección de los recursos del Golfo de Fonseca, en el que faenan pescadores nicaragüenses, hondureños y salvadoreños.
Otros tres incidentes, según la prensa hondureña, habrían «consistido en intimidaciones por parte de las navales de Nicaragua y El Salvador al salir a vigilar los barcos militares hondureños cuando estos faenan con dirección a la bocana del golfo».
El primer hecho se registró el 30 de marzo, el mismo día que los presidentes de los tres países firmaban en Managua un comunicado en el que expresaban su voluntad de convertir «el Golfo de Fonseca en una zona de desarrollo sostenible».
Entre abril y octubre se produjeron otros dos incidentes cuando patrulleras navales de El Salvador y Nicaragua volvieron a salir «a supervisar la incursión hondureña» hacia la bocana, subrayan las publicaciones.
La Cancillería hondureña informó el viernes pasado en un comunicado que en la reunión de mañana en Managua, Lobo presentará un mapa orientado a «lograr consensos en materia de proyección de espacios oceánicos de los tres Estados ribereños en el océano Pacífico».
Los «principios equitativos propuestos para lograr un resultado positivo» que presentará Honduras se refieren, como punto de partida, en la línea de cierre o bocana del Golfo de Fonseca, que «cada Estado tendrá un sector de soberanía exclusiva de tres millas náuticas de longitud».
Las distancias de Nicaragua serían medidas a partir de Punta Cosigüina; El Salvador, desde Punta Amapala, y Honduras «a partir del centro de la línea de cierre, una milla y media, medidas hacia Punta Cosigüina por una parte, y una milla y media, medidas hacia Punta Amapala, por la otra», añade el comunicado.
La longitud de la línea de cierre no atribuida a las partes, sería dividido entre los ribereños como fruto de negociación en función de la proporcionalidad de las costas al interior del Golfo, subraya la nota oficial hondureña.
Indica además que «la proyección del mar territorial de cada Estado ribereño seguirá la dirección general de las costas de Centroamérica».
En lo que respecta a la relación bilateral con El Salvador, Honduras ha reiterado «la conveniencia de delimitar la Bahía de la Unión al interior del Golfo en aplicación del criterio de la equidistancia por tratarse de costas opuestas».
Honduras solicitó en octubre pasado a las Naciones Unidas que interceda para que El Salvador agilice la delimitación que tiene pendiente en la frontera marítima, enmarcada en la sentencia de 1992 de la Corte Internacional de Justicia, que resolvió un centenario contencioso limítrofe y migratorio entre ambos países.
El Salvador pretende extender sus límites hasta la pequeña isla de Conejo, en la que Honduras ejerce soberanía.
