Panamá – El director de la Policía Nacional de Panamá, comisionado Omar Pinzón, confirmó hoy que uno de los reos «más buscados» en su país fue capturado en pleno centro de la capital y anunció que será enviado a un penal de máxima seguridad.
Se trata del tres veces fugitivo Rafael Eusebio Sáenz, alias «Ito», por el que se ofrecía una recompensa de 10.000 dólares, quien fue interceptado en la avenida de Los Poetas, a orillas de la Bahía de Panamá, precisó Pinzón en una rueda de prensa.
Las ediciones digitales de los tabloides Crítica y Mi Diario publicaron hoy fotos del todoterreno robado que supuestamente manejaba el delincuente al momento de ser interceptado por una camioneta blindada de la Policía Nacional, mientras el canal TVN divulgó imágenes de «Ito» con el rostro parcialmente ensangrentado y esposado.
El delincuente llevaba un arma, municiones y dos teléfonos móviles.
«Ito» se ha fugado tres veces de la cárcel, está involucrado en dos homicidios, narcotráfico, delito contra el patrimonio y un atentado a tiros contra un subteniente de la PN de Pacora, Marlon Antonio Atencio, además era buscado por pandillerismo.
Al momento del arresto, «Ito» se encontraba en compañía de otra persona indocumentada, también retenida por llevar 44 balas en un bolso.
Por otro lado, Pinzón anunció la captura del antisocial Sixto Ruiz, alias «Ventura», quien «tenía un arma de fuego, municiones y pertrechos», durante un allanamiento a una vivienda en la capital.
Ambos delincuentes, considerados líderes de pandillas, serán recluidos en el penal de máxima seguridad de Punta Coco, ubicado en la isla San José del Archipiélago de Las Perlas, en el Pacífico panameño, que es vigilado por el Servicio Nacional Aeronaval (Senan), precisó Pinzón.
También detalló que en la «operación Trineo» se capturó a un colombiano y a un guatemalteco, no identificados a los que se les decomisó 1,01 millones de dólares en efectivo, una caja fuerte con un libro de registro contable diario, cinco teléfonos móviles y dos computadoras personales.
Acotó que los extranjeros son parte de una banda que operaba en las provincias de Panamá y Colón, quienes transportaban el dinero en dos autos acondicionados con sensores electrónicos para activar un doble fondo, que les fueron decomisados.
El dinero fue sometido a pruebas químicas y dio como resultado rastros de cocaína.
